HRW: tropas en Bangui no pueden contener violencia
La organización Human Rights Watch (HRW) denunció que las tropas desplegadas por Francia y por la Unión Africana en República Centroafricana son insuficientes para contener la violencia y proteger a la población musulmana.
Los centroafricanos de esta confesión han huido en masa del país ante los continuos ataques de las milicias cristianas "Anti-Balaka", aseguró HRW en un comunicado, tras visitar poblaciones en el noroeste del país.
En esa misma zona, Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió de que la escalada de violencia está impidiendo la distribución de asistencia humanitaria.
Las milicias "Anti-Balaka" están atacando a los centroafricanos musulmanes en represalia por abusos cometidos por el ex grupo rebelde Séléka, de mayoría musulmana, que se hizo con el poder tras perpetrar un golpe de Estado contra el ex presidente François Bozizé en marzo de 2013.
HRW urgió a la Unión Europea y a otros países interesados a "asistir de inmediato a las fuerzas francesas y de la Unión Africana que tratan de estabilizar el país y poner fin a la violencia dirigida contra los musulmanes".
Además, llamó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a "autorizar con urgencia una misión de paz".
"Estamos viendo que las comunidades musulmanas que han vivido en la República Centroafricana durante generaciones tienen que huir de sus hogares", lamentó Peter Bouckaert, director de Emergencias de Human Rights Watch.
La organización ha presentado nuevas imágenes por satélite que documentan la destrucción de viviendas por las milicias "Anti-balaka" en más de 60 ciudades y pueblos en el noroeste del país en los últimos meses, y, anteriormente, por la coalición Séléka.
La población musulmana está huyendo hacia Chad y Camerún, donde según varias organizaciones se encuentran en una situación de emergencia humanitaria.
Muchas ciudades, como Boali, Bossemptele y Baoro, se han quedado prácticamente sin residentes de confesión islámica, al igual que muchos otros centros comerciales como Zawa, Bekadili, Boganangone y Boguera.
Incluso en las comunidades donde los musulmanes permanecen, se enfrentan a la violencia extrema por parte de las milicias cristianas, aseguró HRW.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras alertó, en otro comunicado, de que la presencia de grupos fugitivos armados ha aumentado el caos en todo el país, incluso en la capital, Bangui.
Incluso las organizaciones humanitarias están siendo víctimas de robos y saqueos en Boguila, Kabo, Ndele y en el campo de refugiados instalado en el aeropuerto de Bangui, donde MSF ha sufrido intrusiones.
Por ello, MSF se unió a HRW en su llamamiento a Naciones Unidas a "asegurar la protección de los civiles en la República Centroafricana y aumentar la ayuda humanitaria".
La República Centroafricana vive una espiral de violencia sectaria y religiosa iniciada con la toma del poder por los rebeldes musulmanes de Séléka, que intentaron gobernar un país de población mayoritariamente católica.
jlc