Miles de musulmanes que trataban de huir de la violencia en la capital de la República Centroafricana debieron volver al punto de partida cuando las fuerzas de pacificación les hicieron dar media vuelta el viernes, mientras turbas de cristianos amenazaban con "matarlos a todos ustedes".

El convoy debió regresar mientras Francia anunciaba el despacho de 400 soldados más a su excolonia sumida en una guerra sectaria sin precedente.

Algunos automóviles llevaban hasta 10 pasajeros en el convoy que pasaba por Bangui, en el segundo éxodo masivo similar en una semana. Los cristianos se alinearon a los costados de la carretera para hostigar a los musulmanes, muchos de los cuales han sido atacados por turbas asesinas en las últimas semanas.

Sin embargo, los soldados del contingente de mantenimiento de la paz obligaron al convoy a regresar por temor a que fuese atacado al pasar por algunas partes inseguras de la ciudad.

La procesión de vehículos fue detenida en el vecindario de Miskine, donde uno de ellos volcó a un costado del camino. Por órdenes de un capitán de Burundi, las fuerzas de pacificación fueron de vehículo en vehículo instruyendo a todos a que regresaran a una mezquita local, según un periodista de The Associated Press en el lugar.

Los soldados detuvieron al grupo antes de pasar por vecindarios donde se habían producido enfrentamientos el viernes. Por lo menos una persona murió allí en un ataque con granadas de milicianos cristianos, según testigos en una mezquita cercana. Los pacificadores franceses tuvieron que evacuar a otros dos heridos graves de una turba que había incendiado neumáticos y que insultaba a los musulmanes y a los franceses.

"El convoy escoltado por fuerzas burundíes retornó a su punto de partida debido a un problema en un vecindario en el extremo norte de la ciudad donde los musulmanes habrían tenido que pasar", explicó el teniente Rosana Nsengimana de la fuerza pacificadora africana.

Decenas de miles de musulmanes han huido para salvar la vida, atacados por milicianos y civiles cristianos en las últimas semanas. Las turbas han matado a musulmanes casi diariamente y han mutilado y arrastrado los cadáveres por las calles de la ciudad.

Las víctimas han sido acusadas de apoyar el gobierno musulmán Seleka al que obligaron a dejar el poder el mes pasado. Los rebeldes Saleka habían citado reclamos económicos y políticos y no una ideología religiosa, cuando derrocaron al presidente de una década, pero poco después fueron profundamente despreciados y acusados de atrocidades en perjuicio de la mayoría cristiana durante los 10 meses en que tuvieron el poder.

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Larson reportó desde Dakar, Senegal. Los periodistas de Associated Press Sylvie Corbet en París e Hippolyte Marboua en Bangui contribuyeron a este despacho.

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Jerome Delay está en Twitter como: https://twitter.com/jeromedelay.

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