Comienza esta semana en Europa con una sorprendente e histórica noticia. La del anuncio de la abdicación del rey Juan Carlos de Borbón a sus 76 años, después de 39 años como monarca y como jefe del Estado español, y en un momento en que el país se encuentra en medio de una fuerte crisis económica, con 6 millones de personas sin trabajo y una desafección de los ciudadanos hacia los políticos y hacia las instituciones incluida la monarquía.

La noticia la ha realizado hoy el presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, y luego ha sido el propio monarca el que ha dado las razones: la necesidad de dar paso a una nueva generación encabezada por su hijo Felipe que podrá dar estabilidad a la Corona. De manera que será su hijo menor, el príncipe Felipe de Borbón, de 46 años, un hombre que lleva cuatro décadas preparándose para ser rey, quien le sucederá puesto que en España tiene prioridad en la sucesión el varón frente a la mujer, y quien reinará como Felipe VI.

Dado que en casi cuatro décadas de reinado no se ha marcado una hoja de ruta sobre qué hacer cuando un rey abdica en España, este martes está previsto un consejo de ministros extraordinario en el que se elaborará una ley orgánica que lo regule.  Según el artículo 57,5 de la Constitución de 1978 "las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una ley orgánica", así que ahora se tiene que redactar esa ley y seguramente se hará lo más rápido posible. La ley llegará al Congreso de los Diputados donde el Pleno, en lectura única, la deberá aprobar por mayoría absoluta. Es decir, por 176 votos. Lo que se producirá sólo con los votos del gobernante Partido Popular (PP). De ahí la ley orgánica irá al Senado donde se seguirá el mismo procedimiento y luego las Cortes podrían llevar a cabo la coronación. Dado que esta semana no hay pleno, si se quiere hacer la proclamación lo antes posible se podría convocar.

Seguramente la nueva ley orgánica se limitará exclusivamente a desarrollar el proceso de abdicación para evitar que se abra un temido por muchos debate sobre monarquía o república. Aunque son cada vez más los ciudadanos a los que les gustaría que se llevara a cabo un referéndum consultivo en el que se les pregunte el modelo de Estado que prefieren.

Por lo pronto los partidos políticos Izquierda Unida, Podemos y Equo ya han pedido la convocatoria de un referéndum para que la ciudadanía decida el modelo de estado que prefiera. Y están animando a participar en las concentraciones que se están convocando en las plazas de varias ciudades españolas para pedir una consulta.

No hay que olvidar que fue el dictador Francisco Franco quien el 22 de julio de 1969 propuso ante las Cortes Españolas a Juan Carlos de Borbón como sucesor en la jefatura del Estado, a título de rey. Aprobada esta designación, el príncipe Juan Carlos fue proclamado oficialmente sucesor. Al día siguiente prestó juramento ante las Cortes y recibió el título de Príncipe de España. A partir de entonces el príncipe Juan Carlos ocupó en todos los actos oficiales el puesto inmediato al Jefe del Estado hasta que tras la muerte del dictador en 1975 fue proclamado rey de España.

Ahora y con su abdicación, se abre la posibilidad de que produzca una modernización de la monarquía española. Una institución para cada vez más españoles, impuesta, anacrónica, poco democrática y absurda que debería desaparecer.