La coordinadora de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, apeló hoy a la comunidad internacional para ofrecer un apoyo sólido y sostenido a los sobrevivientes del supertifón Haiyan, que arrasó varias comunidades en Filipinas.

En conferencia de prensa en Manila, tras haber viajado a Tacloban, una de las áreas más afectadas, Amos subrayó la urgencia de una respuesta colectiva que alivie a los afectados que perdieron sus casas y esperan con desesperación la llegada de suministros básicos.

"Decenas de miles de personas están viviendo a la intemperie o refugiadas en lo que queda de sus hogares y de los edificios públicos, expuestas a la lluvia y el viento. Muchos perdieron a sus seres queridos y sufren el trauma de esa experiencia", dijo Amos.

"Nuestro objetivo ahora es aumentar los esfuerzos de socorro", reiteró.

La titular de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) destacó las dificultades logísticas para la entrega de ayuda y citó entre ellas la falta de electricidad, la destrucción de caminos y la escasez de combustible.

No obstante, reconoció que la ayuda humanitaria va llegando a más gente a medida que pasa el tiempo en cargamentos aéreos ahora que la mayoría de los aeropuertos han reabierto.

Como parte de su misión en Filipinas, Amos se reunió con el presidente del país, Benigno Aquino, y con altos funcionarios del gobierno para refrendar la disposición de la ONU y la comunidad humanitaria a respaldar la labor de asistencia a los damnificados.

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