aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Filipinas: hambre desata la violencia

El Universal
Jueves 14 de noviembre de 2013
Filipinas: hambre desata la violencia

PENURIA. Damnificados por el tifón “Haiyan”, en un vecindario de Tacloban. (Foto: DAVID GUTTENFELDER AP )


MANILA (Agencias).— La impotencia, el hambre y la desesperación entre las víctimas del tifón en Filipinas ha llevado en algunos casos a la violencia: cinco días después de la catástrofe, cientos de miles de personas siguen sin tener acceso a agua potable y comida, rodeadas de montañas de escombros en un enorme territorio devastado, por lo que muchos han recurrido a saquear alimentos y a desenterrar tuberías de agua.

Mientras tanto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó que las cuatro religiosas mexicanas que estaban de misión en Filipinas ya fueron localizadas, y “se encuentran bien de salud”. Sin embargo, no cuentan con “ninguna forma de comunicación”, según dijo Julio Camarena Villaseñor, embajador mexicano en el archipiélago.

El personal de la embajada, explicó, además de ayudar en la tarea de hacer llegar la asistencia a los damnificados filipinos, también recibió la instrucción de llevar a las monjas alimentos, agua, baterías y otros insumos, en lo que las religiosas pueden salir del área, si es que así lo desean.

En la localidad de Alangalan, en la asolada isla de Leyte, miles de personas asaltaron un almacén de sacos de arroz. Una pared del lugar se derrumbó provocando la muerte de ocho personas, según informó un portavoz de la Oficina Nacional de Alimentos, Rex Estoperez.

Otro numeroso grupo de personas logró extraer 33 mil sacos de arroz, informó Orlan Calayag, administrador de la Autoridad Nacional de Alimentos. Los saqueadores también asaltaron almacenes propiedad de la compañía de alimentos y bebidas Universal Robina Corp y la farmacéutica United Laboratories en la ciudad arrasada de Palo, en Leyte, junto con un molino de arroz en Jaro.

La desesperación también obligó a los sobrevivientes en Tacloban, capital de la provincia de Leyte, una de las más devastadas, a desenterrar las tuberías de agua, en un intento por obtener el vital líquido para beber.

“Conseguimos nuestra agua de una tubería subterránea que rompimos. No sabemos si es seguro. Tenemos que hervirlo. Pero por lo menos tenemos algo”, dijo una víctima del tifón Haiyan, el peor registrado en la historia de Filipinas. La cifra oficial de muertos por el fenómeno ascendió ayer a 2 mil 344 personas, mientras que hay casi 600 mil desplazados que requieren ayuda urgente, informó la agencia de Protección Civil.

El problema es poder llevar alimentos y agua a los damnificados. La gente se encuentra cada vez más desesperada. “Por favor tengan comprensión, nunca hemos afrontado una catástrofe de estas dimensiones”, dijo Rene Almendras, secretario del gabinete, tras acudir a las oficinas de Protección Civil.

Mientras, el gobierno de Manila, intentando enviar mensajes de éxito, dijo que “se han repartido 22 mil 778 paquetes de comida en Tacloban”. La comunidad internacional ha prometido al menos 88.3 millones de dólares en asistencia urgente.

Pero en Tacloban, Diorico Daga, padre de tres hijos, enfrentó a gritos a soldados luego de que no se le permitiera a su familia abordar un avión militar hacia Manila. “¿Por qué no nos ayudan? Miren a mis hijos, ¡están mojados, hambrientos y enfermos!”, dijo. “¡Ustedes son insensibles! No morimos en el tifón, pero moriremos de hambre”. (Con información de Silvia Otero)



Ver más @Univ_Mundo
comentarios
0