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Volvió al Guadalajara, tras un año de préstamo en el Cruz Azul, para que su talento ayudara a eludir el descenso. Ha realizado mucho más que eso. Su más gloriosa exhibición en la Primera División tiene a sus queridas Chivas a 180 minutos de la final.

Marco Fabián propinó el nocaut en la batalla con Tomás Boy. ‘Hat-trick’ fulminante a la hora cero, sobre ese césped en el que el Rebaño Sagrado todavía es local, por más que el Atlas y hasta la Universidad de Guadalajara se empeñen en reclamar.

Segunda vez que anota tres veces en un juego. Sí, también fue en el estadio Jalisco. Se los hizo a los Estudiantes-Tecos el 15 de octubre de 2011.

Aquella noche fue criticado por un polémico festejo junto a Alberto Medina, en el que simularon un arma de fuego. Ayer, se marchó al camerino como genuino ‘rock star’. Salvador de un equipo que sanó de la anemia que padecía en Liguilla.

Su par de zapatazos y aquella obra de arte dentro del área rojinegra sirvieron para que el Guadalajara fulminara una racha de ocho cotejos de fase final sin victoria (cuatro empates y cuatro derrotas). No ganaba desde el 4 de mayo de 2011 (3-1 sobre los Tigres en el Omnilife). El atacante hizo el último gol de ese juego, clave —como esta vez— para avanzar a semifinales.

Porque el tapatío parece destinado a las ocasiones especiales cuando viste la elástica rojiblanca.

Se trataba del más reciente viaje de las Chivas a la ronda de los cuatro.

Inolvidable tarde en un inmueble que albergó durante cinco décadas al club hoy dirigido por José Manuel de la Torre.

No se llevaba un cotejo de ‘Fiesta Grande’ celebrado en el Jalisco desde el 28 de noviembre de 2007, cuando se impuso al Atlante (1-0) en el primer capítulo de las semifinales.

Ahora cerrará como local, pero en su moderna casa. El adversario será el Santos Laguna, con el que chocará por tercera vez en una Liguilla, primera en la etapa previa a la final.

Ingresó en el quinto sitio, pero se ha convertido en el sembrado número uno gracias a este histórico fin de semana. Nunca antes, los primeros cuatro clasificados fueron eliminados en la ronda de los ocho.

Luce en ventaja, porque hasta los antecedentes están de su lado. La serie contra los Guerreros favorece al Rebaño Sagrado (2-0). En ambas, el juego de vuelta se efectuó en Guadalajara, tal como sucederá esta vez. Fueron en cuartos de final.

El problema para el conjunto tapatío es que la mayoría de sus últimas experiencias en semifinales fueron amargas. De las más recientes cinco, quedó eliminado en cuatro. Sólo superó al América en el Apertura 2006.

Cayó ante el Pachuca (Clausura 2006), las Águilas (Clausura 2007), el Atlante (Apertura 2007) y  Pumas (Clausura 2011).

El club norteño nunca le ha eliminado, pero actualmente le domina. De los más recientes 10 choques de Liga entre ambos, el Guadalajara apenas ganó uno, a cambio de tres empates y seis derrotas. Jamás se ha impuesto en el nuevo estadio Corona. De hecho, no triunfa en Torreón desde el 28 de enero de 2007 (3-2).

La otra serie. Querétaro y Pachuca disputarán la segunda semifinal. Primera vez que se encuentran dentro de la fase final.