Barras bravas generan dinero
FALTA. La credencialización de los integrantes de las barras es un tema que sigue pendiente entre los clubes. (Foto: ARCHIVO / LUIS LICONA IMAGO7 )
hector.morales@eluniversal.com.mx
Su experiencia como subsecretario de Seguridad Pública del DF (2002-2006) le permitió a Gabriel Regino reconocer que la razón de ser de las barras bravas en el futbol mexicano es económica.
“Lo que nosotros vimos, que es muy a toro pasado, es que en aquel tiempo, descubrimos que estaban integradas [las barras bravas] por gente que a lo mejor sí le gustaba el futbol, pero lo que se estaba buscando era dar la apariencia de estadios llenos, estadios a reventar”, explica el abogado penalista. “Los estadios se llenan cuando hay equipos que rinden deportivamente y la gente va a verlos; si el equipo no anda bien, las gradas están vacías y un estadio vacío no va a tener anunciantes”.
Ante esa necesidad de tener sus recintos con apariencia de buena entrada y , por ende, buenas ventas, Regino manifiesta que las dirigencias de los distintos clubes tricolores buscan obscuros personajes para coordinar la asistencia.
“Quiero el estadio lleno y las directivas de los equipos tienen contactos con dirigentes de carácter social, no aficionados, que dicen ‘dame mil boletos y te llevo mil personas’. Hacen subnegocios y entonces se traen a vendedores ambulantes, líderes estudiantiles, grupos de porros”, describe.
El fenómeno de las barras bravas —según el especialista en seguridad— deriva en una serie de delitos que se cometen antes, durante y después de los partidos.
“Los jóvenes se sienten con un fuero, porque se pierde la identidad individual, para tener una colectiva”, señala. “En ese ir ‘en bola’ al estadio hacen la tropelía que sea: hostigamiento sexual, abuso sexual, robo a transeúnte, robo a negocios, por supuesto que encadena cantidad de ilícitos”.
Hace unos días, en el Estado de México se canceló el concierto de Heavy Metal denominado Hell and Heaven por falta de “condiciones de seguridad”. En el futbol no ha sucedido algo así, pese a sucesos como los ocurrido el sábado en el estadio Jalisco, cuando la porra del Guadalajara se enfrentó con policías, algunos de los cuales “quedaron heridos y al borde de la muerte”.
“A lo mejor les tiembla la mano [para cancelar el encuentro]”, denuncia Regino, sin dudarlo. “Es mucha economía la que se arriesga, pero ahí están los resultados de violencia”.
Falta disposición de FMF
La credencialización de los integrantes de las barras es un tema que sigue pendiente entre los clubes. No por ser un tema complejo, sino por falta de voluntad de los clubes y la Federación Mexicana de Futbol para resolver la violencia en los estadios, dice.
“Es falta de disposición, absolutamente, los clubes no quieren gastar en eso”, apunta Gabriel Regino. “Los clubes quieren seguir teniendo a las barras por intereses económicos o de carácter político”.
Sin embargo, ante esa falta de acción de la parte balompédica, el ex subsecretario de Seguridad Pública capitalino invita a los legisladores a hacer una ley contundente.
“Como les implica dinero, si la Femexfut no lo hace, que el Gobierno Federal haga una ley que sujete a un régimen tributario a los clubes mexicanos y que con sus propios recursos se cree una unidad de prevención de violencia en los estadios”, sugiere.
Al especialista en temas de seguridad le parece que el sábado en el estadio Jalisco no existieron los protocolos mínimos de protección civil, situación que se sumó a una reacción tardía por parte de los uniformados que estaban en el inmueble tapatío.
“Los que iban a controlar terminan siendo controlados, humillados, vapuleados, lesionados y casi al borde de la muerte”, reseña. “Esto muestra un reverendo caos que habla del nivel de las autoridades en cuanto a la prevención social de sus conflictos y el nulo compromiso de las directivas de los clubes y las empresas, que se benefician de ese espectáculo, en poder disolver este fenómeno que nos vuelve a dar con la realidad en la cara”.