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Es como si existieran mundos paralelos. Dos realidades distintas. La clasificación dice una cosa. Juan Carlos Ortega piensa otra. Dos universos opuestos. Guadalajara es hoy en día, junto a Pumas y Atlas, el peor equipo de la Liga MX, con apenas ocho puntos. Pero el técnico rojiblanco asegura que no es así.

Ante la pregunta, guarda silencio para pensar su respuesta. Parece evaluar velozmente el presente de su equipo. Finalmente, asegura convencido que las cosas no son tan malas como los números, fríos e implacables, pretenden reflejar.

- Las estadísticas pueden decir una cosa, pero a veces eso no es suficiente para establecer un buen juicio, ¿usted cree que Guadalajara es el peor equipo de México?

- Yo creo que para los 25 millones que le van a Chivas, no. Para mí no, claro que no. Tenemos un buen equipo. Tenemos una suma de puntos pequeña, pero eso no nos hace ser menos, porque hemos demostrado que hemos emparejado la competencia en este poquito más de un mes. Hemos emparejado con los rivales y eso nos acerca a creer que es posible que logremos mejorar esos números. El equipo siente que este es el camino y vamos a seguir insistiendo en la búsqueda del resultado. El funcionamiento se ha logrado, ¿cómo el jugador se va a sentir mucho mejor? Pues ganando, eso es indudable.

Es un mundo feliz en el que habita el técnico del Rebaño. No conoce la victoria desde que asumió el cargo: cuatro empates y tres derrotas, la más dolorosa el sábado pasado, en el Clásico Nacional. Y como el futbol es un juego de conjunto, cada integrante de un equipo carga una parte de la responsabilidad, inclusive el técnico. Pero Juan Carlos Ortega no ve fallas en su gestión.

"Es una realidad que el equipo cuando sale del dominio del rival, eso me hace pensar que no es un error que estoy cometiendo, sino que tenemos un gran equipo para revertir. Donde pudiera sentir una equivocación de mi parte es si el atrevimiento de cambiar el esquema (a línea de cinco defensores) hubiera fallado, pero estoy seguro que tuvimos razón, que los 11 que elegimos cada semana son los mejores y que el equipo termina fuerte los partidos, pero no estamos ganando", explica.

"Yo hubiera sentido una equivocación si al atreverme a cambiar el esquema, en las circunstancias que estábamos, hubiera fallado, pero me atreví y el equipo está jugando mucho mejor, aunque no estamos ganando. Fíjate que no, porque estoy claro en mis ideas y cuando ves jugadores que las ejecutan, dices ‘el camino es el correcto', tu carrera se ha venido consolidando y por ese lado estoy tranquilo", reitera, optimista.

En su discurso aparecen palabras dignas de análisis desde la perspectiva psicológica, que define a la negación como el "mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflicto negando su existencia o su relevancia".

Ortega es hoy capaz de minimizar problemas tan evidentes como los que existen en su zaga, que ha recibido, desde que asumió el cargo, 12 goles en siete encuentros. "No, porque veo un esquema defensivo muy integrado con 11 jugadores que saben a lo que juegan", detalla.

Inclusive, asume una postura retadora en la sala de prensa rojiblanca: "En la parte futbolística, si aquí hay alguien que no le guste cómo juega el equipo, que me diga por qué. El equipo ha jugado bien, pero los resultados han sido adversos y los puntos son pocos".

Tan grande es su positivismo, que se atreve a soñar con cinco triunfos en lo que resta de torneo. "Para el club es importante sumar 15 puntos. No es mi bienestar el que busco, mi bienestar es el talento que Dios me dio y la oportunidad de dirigir. Pero no es mi bienestar lo que buscamos, queremos 15 puntos para la suma que necesita el club. Mi bienestar personal no depende del futbol. Es fundamental para el club sumar los 15 puntos, es importante porque con esa suma, nuestra tabla se revertiría", sentencia.

Al final de su discurso, se asoma ese pequeño punto en el que los mundos paralelos son capaces de unirse. El universo donde Chivas es último de la clasificación, empatado con otros dos clubes y el de Ortega, donde Guadalajara no es el peor equipo de México coinciden en una cosa: la vergüenza.

"Siempre la hay. A nadie le gusta estar en último lugar, pero la valentía de este plantel se demuestra en la cancha al pararse con la frente en alto. El equipo tiene personalidad y templanza para asumir lo que ahora estamos viviendo. No ha caído en su moral, no ha caído en profesionalismo y compromiso, pero esa necesidad de ganar nos obliga a pagar un precio muy especial. Tendremos que ajustar", concluye Juan Carlos Ortega.

DETALLE:

Giovani, tres semanas fuera

El joven rojiblanco, Giovani Casillas, tuvo una corta participación en el Clásico Nacional del sábado pasado, pues tuvo que salir de cambio debido a una lesión. El cuerpo médico del Guadalajara informó este martes que se lastimó el bíceps femoral derecho y que estará tres semanas alejado de las canchas.

mcs