La Feria Internacional del Libro de Jerusalén abre sus puertas mañana, domingo, en un nuevo encuadre con el que trata de acercarse a los lectores más jóvenes y transmitir un mensaje de defensa de las libertades individuales en la sociedad.

El acto inaugural tendrá lugar con la participación del presidente israelí, Reuvén Rivlin, y el alcalde de la ciudad, Nir Barakat, que concederán el Premio Jerusalén al reconocido escritor albanés Ismail Kadare, en la que es la primera vez que se le otorga a un autor musulmán.

Al conocerse el fallo en enero pasado, el jurado agradeció a Kadare ser autor de una obra que "versa sobre la culpabilidad colectiva y la impenetrable naturaleza de la verdad.

Autor de La hija de Agamenón (2007), Tres cantos fúnebres por Kosovo (1999) o El general del ejército muerto (1963), Kadare, de 79 años, tiene fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias en 2009 y aparece siempre en las quinielas para el Nobel.

Un jurado encabezado por la novelista israelí Dorit Rabinyan dijo de él que "trata de exponer mientras oculta capas de mito y metáfora, preguntas sin respuestas y crímenes para los cuales no hay expiación". 

Dotado con 10 mil dólares, el premio fue concedido en el pasado a escritores de la talla de Arthur Miller, Susan Sontag, Don DeLillo o Milan Kundera, y cuenta entre sus galardonados con numerosos novelistas de las letras hispanas.

El último de ellos, en la anterior edición de 2013, fue el español Antonio Muñoz Molina, pero también recayó en Jorge Semprún, Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Octavio Paz y Jorge Luis Borges.

La convocatoria literaria de Jerusalén se celebra cada dos años desde 1963, y en esta ocasión traslada por primera vez su sede a un lugar mucho más popular, la Primera Estación de Tren, en un intento de atraer al público y buscar nuevos recursos entre los jóvenes.

Situada a unos cientos de metros de las antiguas murallas de Jerusalén, la Estación ha sido recuperada en los últimos años como lugar de encuentros culturales y de ocio, y es por tanto mucho más visitada que el más aislado Centro de Convenciones de Jerusalén, donde se celebraba la feria hasta ahora.

"Mediante su traslado los organizadores esperan potenciar su imagen tanto como feria internacional comercial y como celebración pública de la literatura", explica el suplemento literario del diario Haaretz.

En ella suelen participar unas 400 editoriales de una veintena de países, con obras en decenas de idiomas que buscan llegar al lector israelí.

Más allá del aspecto comercial, se trata de un marco de encuentro entre escritores locales e internacionales, que podrán verse, debatir en privado y en público, narrar sus experiencias y revelar sus fuentes de inspiración en los más de 300 eventos públicos que han sido convocados.

Entre los 25 literatos de renombre internacional que se dan cita en esta edición, la mayor atracción es quizás el escritor iraquí residente en Francia, Salah Al-Hamdani, quien debatirá en público con su viejo amigo israelí, también nacido en Iraq, Ronny Someck.

Nacidos ambos en Bagdad en 1951, sus caminos se cruzaron hace unos años en un evento literario en Francia, del que no solo salieron amigos sino coautores en 2012 de un libro de poemas titulado "Bagdad-Jerusalén".

Según un comunicado oficial, otros autores internacionales que estarán presentes en la Feria son los estadounidenses Ann Hood y Mark Russ Federman; los italianos Erri De Luca, Paolo Giordano y Elena Loewenthal; la francesa Katherine Pancol; la holandesa Anna Enquist; la austríaca Eva Mannasse; la alemana Jennifer Teege y la argentina Ariana Harwicz.

Debido a las limitaciones de espacio en la vieja estación de tren de Jerusalén, los encuentros y actos públicos tendrán lugar en distintas localizaciones emblemáticas vecinas, entre ellos el Teatro Khan, la Cinemateca o el centro cultural Mishkenont Shaananim.

sc