París recoge la historia de la inmigración
Un itinerario de quienes dejaron su país de origen para instalarse en Francia es la propuesta del Museo de la Historia de la Inmigración de París, con una exposición que permite al visitante hacer su propia aportación.
Cerca de 250 artículos, entre los que hay herramientas, documentos personales y objetos decorativos, sirven como punto de partida para relatar las historias personales de casi una cuarentena de inmigrantes y situarlas en el contexto político y económico de los siglos XIX y XX.
Todas las piezas han sido donadas por familiares de los protagonistas o por ellos mismos. El primero en dar el paso fue el caricaturista François Cavanna, fundador de la revista satírica Charlie Hebdo, que legó una llana que usaba su padre, Luigi, para extender el yeso cuando trabajaba como albañil en las afueras de París, adonde llegó procedente de su Italia natal.
"La historia de la migración forma parte, intrínsecamente, de la historia del país, es algo indisociable de la historia de Francia" , explica a Efe la directora del museo, Aude Pessey-Lux.
En el nuevo espacio, el protagonismo lo tienen los "testimonios íntimos" de personas procedentes de diversas partes del mundo, desde África, Asia y Europa, relata Pessey-Lux,.
Es el caso de Emilio Reig, un español nacido en 1920 en la provincia de Lleida y que se exilió a Francia en 1946, siete años después de la guerra civil.
La fresadora que utilizaba en su trabajo da pie para explicar el conflicto bélico que dividió a España y la posterior dictadura franquista.
Un martillo que sobrevivió a todas las mudanzas y que simboliza los orígenes campesinos de la catalana Dolores Martí o una pequeña escultura que sirvió de amuleto a la argentina Frida Rochoczn durante su exilio por culpa de la dictadura militar de su país son otras de las piezas seleccionadas.
Hay historias de lucha, como la del maliense Sacko Fousseni, que en 2010, junto con otros 500 inmigrantes indocumentados, ocupó el mismo museo donde ahora exhibe su carné de huelguista.
La música se erige como el lenguaje universal en otro de los relatos, el de la familia formada por el ruso Alexandrovitch Condratievitch Tikhomiroff, que se ganó la vida en Francia tocando la trompa en orquestas de circos, y la española María Consuelo Aguado-Magaz.
La gastronomía está representada por el delantal de la chef de origen senegalés Rougui Dia, que tras dirigir los fogones del prestigioso restaurante francés Petrossian, conocido por su caviar, se ocupa ahora de la cocina de Le Vraymonde.
La mirada de los niños se expone a través de los recuerdos, por ejemplo, de la periodista iraní Sarah Doraghi, que abandonó en 1983 Teherán junto a sus hermanas, su tía y su abuela.
Su objeto es un frasco de colonia con el que perfumaba la funda de su almohada para que el olor le recordara a su madre quien, tras acompañarlas a París, volvió a su país natal sin explicarles las razones de su marcha.
También hay espacio para experiencias como la de Joseph Bonzini, un italiano que llegó en Francia en 1927 y fundó la empresa familiar que lleva su nombre, dedicada desde entonces a la fabricación de futbolines.
En todos los casos, el objetivo de la Galería es poner en valor las aportaciones de los inmigrantes a Francia al incorporar al museo pertenencias que, hasta ahora, habían permanecido en la esfera familiar.
Para seleccionar los objetos expuestos, se tiene más en cuenta la historia que hay detrás que su valor intrínseco, explica Pessey-Lux, ya que el principal criterio es reflejar la diversidad de orígenes de los inmigrantes.
Y, como escribe en el catálogo de la exhibición la comisaria, Hélène du Mazaubrun, "cambiar las miradas" sobre este fenómeno demográfico.
cvtp
Por ello, la Galería de las Donaciones, que está abierta a nuevas aportaciones de los visitantes, ha sido renovada y ampliada este año para complementar la otra colección permanente, más centrada en la migración como fenómeno sociológico.