Artistas mexicanos muestran drama de la inmigración
Con la "experiencia humana de la inmigración" como eje central, veinte artistas mexicanos afincados en Francia abrieron hoy en París una muestra con creaciones fotográficas y audiovisuales que evidencian "el choque entre sueños y realidad" que acompaña a quienes abandonan su lugar de nacimiento.
Reunidas bajo el nombre de "Quimeras Migrantes", las obras estarán expuestas hasta el 22 de marzo gracias a la colaboración del Instituto Cultural de México (Idemex) y la Embajada mexicana en Francia.
Estos trabajos "suponen un viaje físico y mental hacia otros territorios, otras culturas y otras ideologías, en busca de una realidad diferente y que se supone mejor", explica la coordinadora de la muestra, Bárbara Carroll.
"No veo que en la exposición se trate el tema de la inmigración como una tragedia, al contrario", afirma la fotógrafa Eunice Chao, residente en París desde 1994.
Mediante una vista aérea de México D.F., una playa de la Baja California y una carretera serpenteante de la costa catalana, Chao muestra las tres formas, tierra, de Marzo y aire, de llegar al extranjero.
"En muchos casos los mexicanos que viajan a Francia no lo hacen tanto por necesidad como por ampliar horizontes o realizarse laboralmente; persiguen un sueño", tercia Carmen Mariscal, otra de las artistas.
En este sentido, la mayoría de creaciones que componen la muestra están atravesadas de una vitalidad y un nervio "que forman parte del carácter de los mexicanos", apunta Talía Olvera, directora de un documental que recoge 30 testimonios de emigrantes.
"Sentimos la necesidad de creer en la esperanza en todo momento. De ahí, por ejemplo, la interpretación festiva que hacemos de la muerte. Es algo innato en nosotros, nos empeñamos en ver las cosas como no son", abunda Olvera.
Una niña vestida de negro con la mano apoyada sobre una calavera del siglo XVI que tiene grabadas estrofas del Carmina Burana, o un proyector que lanza su foco contra un espejo fragmentado que refleja sobre la pared un tríptico de México, son algunos de los ejemplos que se encuentran en la muestra.
Por su parte, Daniela Prost pone de manifiesto lo difícil que es abrirse paso en la escena cultural parisina, donde "hay mucha competencia", y "si bien, a veces, el hecho de ser extranjera puede aportar un punto de vista diferente, hay peligro de que solo busquen la vertiente folclórica, el tópico".
La exposición persigue mostrar la paradoja en la que siempre termina el acto de emigrar: "Cuando eres inmigrante te liberas, eres más tú mismo, y al mismo tiempo te duele", zanja la creadora Julia Rodríguez.
sc