Octavio Paz es celebrado en Bélgica
Análisis. La obra de Paz fue analizada por cuatro investigadores internacionales: Alfredo Segura Tornero, de la Universidad de Lieja; Eugenia Houvenaghel, de la Universidad de Gante; Paul-Henri Giraud, de la Universidad de Lille III; y Israel Ramírez, de la UNAM.. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL )
El Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad de Amberes (Bélgica) celebró hoy al escritor Octavio Paz (1914-1998) con un evento multicultural que combinó un coloquio internacional, una exposición fotográfica y un concierto.
La obra de Paz fue analizada por cuatro investigadores internacionales: Alfredo Segura Tornero, de la Universidad de Lieja; Eugenia Houvenaghel, de la Universidad de Gante; Paul-Henri Giraud, de la Universidad de Lille III; y Israel Ramírez, de la UNAM.
Los principales momentos de la vida del escritor fueron recordados en una veintena de imágenes realizadas por el fotógrafo mexicano Rogelio Cuéllar, reunidas en una exposición que permanecerá en el Centro de Estudios Mexicanos hasta finales de noviembre.
El evento concluyó con un concierto de la cantante mexicana Tonana, con canciones inspiradas en poesía indígena como homenaje al trabajo poético de Octavio Paz.
Al inaugurar las celebraciones, el embajador de México ante la Unión Europea, Juan José Gómez Camacho, destacó la "versatilidad" del homenajeado.
"Pocos escritores mexicanos han alcanzado el renombre internacional de Octavio Paz. Esto se debe no sólo a la calidad de sus textos literarios, siempre bellos, sino también a otros aspectos de su vida profesional: en tanto traductor, editor, pensador político y, por supuesto, diplomático mexicano", observó.
"Paz nunca se limitó a ser una cosa u otra. Fue un hombre de una versatilidad extraordinaria. No sólo fue inmensamente dotado, sino que supo aprovechar y cultivar sus talentos plenamente. Nunca se contentó de una visión simple ni unilateral", afirmó.
Gómez Camacho describió a Paz como "un gran viajero, tanto en el mundo imaginario como en el real", siempre en busca de "un ángulo nuevo, una visión diferente de la realidad".
"Esto lo llevó a explorar visiones del mundo tan distintas como el marxismo, el surrealismo, el budismo y el hinduismo. Hombre renacentista, hombre de muchos países, Paz siempre buscó ir más lejos en su pensamiento y su expresión", señaló.
Tornero recordó cómo el escritor mexicano "vivía en la ambivalencia permanente del cuestionamiento de lo heredado, por una parte, y la necesidad de la inspiración en la tradición más profunda".
Por su parte, Houvenaghel explicó la construcción de la identidad literaria de Paz a través de la correspondencia que intercambió con el poeta español Tomás Segovia entre 1957 y 1987.
La influencia de las diferentes corrientes espirituales en la obra de Paz fue tema de la ponencia de Giraud.
"En los años 50, el haikú japonés, marcado por el budismo zen, le inspira a Paz una serie notable de poemas breves. En los años 60, el tantrismo y la filosofía de la India lo llevan a concebir el poema como un mandala, como un soporte de meditación. A partir de 1968, sin embargo, con la masacre de Tlatelolco y la dimisión de Paz de su puesto de embajador, lo profano se impone otra vez en el centro de la obra", observó.
El regreso del poeta a México, en los años 70 del siglo pasado, corresponde a la "dispersión de los signos sobre la página, a la pérdida del sentido y a la desbandada de los horizontes".
"Bajo la influencia del ascetismo cristiano y del estoicismo pagano, el poema reúne la aprehensión del presente con la premeditación de la muerte", dijo el investigador.
"La escritura poética de Octavio Paz no solamente se afinó con el paso del tiempo, sino también como resultado de la relectura del propio autor al preparar nuevas ediciones de su obra", concluyó Ramírez.
sc