Conferencia sobre Octavio Paz clausura feria del libro de Santiago
Presentado por el investigador del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Alexis Candia, Lomnitz hizo un análisis de "la crisis del modo de representación que llevó a que por tantos años la situación de Octavio Paz fue preponderante en la cultura mexicana".
El también profesor titular de Antropología a Historia de la Universidad de Columbia, Nueva York, examinó El laberinto de la soledad, en el que Octavio Paz imagina México como, a la vez, "un lugar y un tiempo".
"México en la obra de Paz es una figura en transición, un país cuyo lugar en el mundo está en tránsito", consideró Lomnitz.
El laberinto de la soledad ubica a México como un lugar que está en un momento explosivo de auto-reconocimiento; en el umbral de la autoconciencia y de la cosmópolis", agregó.
Pero, el cronotopo' mexicano (relación del lugar y el tiempo en la literatura) que él había contribuido a crear, "deja de ser predominante", en los 80, con la crisis económica cambió en el modelo y la fractura correspondiente del sistema político", agregó.
"El virtuosismo interpretativo de Octavio Paz dejó de ser necesario o convincente, debido a que el papel en la crítica se redujo principalmente a los peligros del totalitarismo, que eran todavía relevantes", consideró.
Así, dijo Claudio Lomnitz, "un día amanecí, y Paz ya no estaba ahí. Esto sucedió estando todavía el hombre en vida".
Sin embargo, agregó, "el anacronismo en que se había transformado para mi su figura, dejó en mi un resabio de admiración por la energía y por la capacidad de fabulación del hombre".
"Durante muchos años resentí las funciones litúrgicas de Octavio Paz, su papel mágico de consagrador de todo lo que podía importar de México, o de la cultura universal en México", apuntó.
"Pero reconozco que a pesar de aquella propensión litúrgica- que no era casual, sino que era parte esencial de su representación de lo que era México, Paz para mi fue siempre fabuloso. Un poeta genuino", concluyó Lomnitz.
La Feria Internacional del Libro de Santiago, que se clausuró anoche registró una asistencia de 260 mil personas, en sus 17 días de exhibición, con un aumento de tres por ciento en la venta de libros, y un amplio programa cultural ofrecido a los visitantes.
Esta vez el invitado de honor fue "el autor", llegando al recinto unos 50 escritores extranjeros invitados.
kal