Lo más importante que deja Luis Villoro (1922-2014) para la posteridad es la enseñanza del rigor y exigencia para lograr la excelencia con uno mismo, aseguró el poeta y director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), Jaime Labastida Ochoa.

Al arribar a la agencia funeraria en Félix Cuevas, donde son velados los restos del filósofo de origen español, el académico recordó que en sus últimos años "Luis Villoro volvió a las preocupaciones sociales en las que estuvo inmerso en su primera juventud".

Labastida Ocho agregó que, otro aspecto de vital trascendencia dentro de su obra, es el aporte a la creación de una nueva etapa dentro de la filosofía en este país, aportaciones sin igual durante el siglo pasado.

Dijo que junto con otros filósofos llegados de España, Villoro dio a México "ese rigor y esa exigencia de los que antes nuestro quehacer filosófico carecía".

Visiblemente consternado, el especialista en el buen manejo del idioma español recordó que la Academia Mexicana de la Lengua reconoció el enorme valor de la obra escrita de Luis Villoro y por eso, lo invitó a ser uno de sus cinco miembros honorarios.

"Con gran dolor debo decir a Notimex que de poco más de un año a la fecha, han muerto tres de esos cinco miembros honorarios, y consecuentemente sólo nos quedan dos" añadió.

En ese sentido, el poeta de largo aliento explicó que los fallecidos son Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco y Luis Villoro; sobreviven solamente Pablo González Casanova (quien esta tarde envió una hermosa corona fúnebre) y Sergio Fernández. "No hay manera de suplirlos", subrayó.

Finalmente, el escritor sinaloense adelantó que una vez pasado el tiempo de duelo que marque la familia, la Academia Mexicana de la Lengua rendirá un homenaje póstumo a este filósofo fallecido ayer por la tarde, en esta ciudad, a los 91 años de edad, y que esta noche será incinerado en esta misma capital.

sc