La vida de Villoro fue plena hasta sus últimos días: Juan
RECUERDO. El escritor añadió que Luis Villoro fue un hombre "cálido y generoso". (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
"La vida de mi padre fue rica y plena hasta sus últimos días, se mantuvo en pie de lucha por sus ideas", dijo el escritor Juan Villoro, sobre la muerte de Luis Villoro, ocurrida la tarde de este miércoles, a causa de un paro respiratorio.
El cuerpo del intelectual nacido en Barcelona en 1922, hijo de padres mexicanos, está siendo velado en la agencia funeraria Gayosso de Félix Cuevas.
Ahí, su hijo, el escritor Juan Villoro, manifestó que su padre fue un hombre muy dedicado a la búsqueda de la identidad nacional.
"Empezó su trabajo estudiando a los defensores de los indios, pero la vida le deparó la fortuna de poder terminar sus días convertido en un defensor, él mismo, de los derechos indígenas", dijo.
Añadió que Luis Villoro, a partir del levantamiento zapatista de 1994, se involucró de manera directa en la lucha por los derechos indígenas que a 20 años del EZLN sigue siendo "una asignatura pendiente".
"A los 90 años le hicieron un homenaje en Michoacán, donde lo llamaron 'Tata', como a 'Tata Vasco'. Una indígena dijo que gracias a figuras como él, no se avergonzaba de ser indígena. Ahí se cumplió un ciclo muy rico en su vida", dijo Villoro.
El escritor añadió que el intelectual, doctor en filosofía por la UNAM, fue un hombre "cálido y generoso".
"Fue una persona con mucha lealtad por su ideas, cuantos pensadores conocemos que en un principio fueron muy críticos y acaban escribiendo discursos para los presidentes o se dedican a ser consejeros de ministros y usufructúan su inteligencia de la peor manera", dijo.
En cambio, añadió, su padre fue congruente con su pensamiento y con su vida. "Él consideraba que la filosofía era una forma de vida. Lo acompañé muchas veces con los médicos y ellos empezaban haciéndole preguntas sobre su salud y terminaban pidiéndole consejos porque mi padre daba mejores remedios para vivir", explicó.
Finalmente, refirió que Luis Villoro fue un hombre que se preparó para la muerte. "Era un hombre muy sabio. Tenía una tranquilidad enorme respecto al destino, aceptaba su destino sin quejarse. Como padre me ayudó mucho en la pedagogía, no dejó ser un maestro, pero también hizo mucho esfuerzo para estar en contacto con mis pasiones", comentó.