Israel evitó que esta semana unos saqueadores de tumbas vendieran once osarios judíos de la época del Segundo Templo (530 a.C- 70 d.C) a un coleccionista privado.

Los ladrones, que obtuvieron los sarcófagos de cuevas cercanas a Jersusalén, fueron detenidos cuando cerraban el trato con comerciantes, que sacarían las piezas del país, indicó el diario Abc.

Los once osarios son "piezas de valor incalculable, ya que según los arqueólogos que han examinado los sarcófagos de piedra, contienen información valiosísima sobre ese periodo histórico", detalla el periódico español.

Se piensa que estos osarios pertenecen a una gran tumba en los alrededores de Jerusalén, que puede albergar muchos más restos arqueólogicos, detalla el portal.  

De acuerdo a los especialistas, la información contenida en estos sarcófagos da pistas sobre los nombres de la población judía de aquella época y permiten una mayor comprensión del arte judío en general.

Las detenciones son resultado de una operación policial que ha durado varios meses y en la que ha colaborado el departamento de prevención de expolio de la Autoridad de Antigüedades Israelí (AAI). La ley israelí establece un máximo de cinco años de cárcel por el robo de antigüedades arqueológicas, finaliza el diario.

sc