Un total de 21 piezas, entre maquetas, planos, fotografías y una proyección del afamado arquitecto Félix Candela, forma parte del primer ciclo de exposiciones "Rompiendo el cascarón", inaugurado hoy en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La propuesta de este primer ciclo presenta cuatro propuestas de artistas que han roto estereotipos encasillados en una profesión, es decir, que "rompieron el cascarón" y se atrevieron a mostrar una visión diferente de la arquitectura, el arte o la caricatura.

Se trata de "Señales", de José Grinberg; "Viviendo la materia", de Palle Seiersen Frost; "Cascarones de candela", curada por Juan Ignacio Cueto, y "Humor negro en tinta verde", de Víctor Solís.

En el marco de la conmemoración del 75 aniversario del Exilio Republicano Español en México, a partir de hoy -en el vestíbulo sur del citado centro cultural- la comunidad estudiantil de esa casa de estudios y todo el que lo desee podrá comprobar lo que se ha pregonado en las aulas politécnicas: profesionistas integrales que exploran nuevas vertientes para alimentar su espíritu.

Colores y formas se complementan creando una obra única, llevada a otras dimensiones. Las exposiciones "Señales" y "Viviendo la materia" ponen de manifiesto el quehacer artístico de quienes se han formado en la arquitectura y en el arte.

Por otra parte, "Cascarones de candela" deja ver cómo un gran visionario transformó la arquitectura mexicana e influyó en la ingeniería sin ser ingeniero.

Félix Candela demostró, una vez más, que arte y ciencia están asociadas, al innovar las estructuras paraboloides hiperbólicos conocidas coloquialmente como cascarones.

De acuerdo con Juan Ignacio del Cueto, investigador de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, esta muestra expone el trabajo del arquitecto Félix Candela, uno de los más famoso de la década de los 50 y 60.

"La propuesta consiste en la presentación de maquetas que hicimos en la Facultad de Arquitectura de la UNAM con una tecnología muy moderna, que es la impresión en 3-D, así como reproducciones de planos, fotografías y animaciones donde se muestra el paraboloide hiperbólico, una figura geométrica formada por líneas rectas que se mueven en el espacio y generan superficies de curvatura inversa", explicó.

El material que se presenta es obra procedente de los archivos resguardados en las universidades de Columbia, Princeton y Nacional Autónoma de México.

La muestra ha itinerado por los tres países en los que residió Candela: España, México y Estados Unidos.

Las obras representadas abarcan el periodo de su eclosión internacional: del Pabellón de Rayos Cósmicos en Ciudad Universitaria, levantado en 1951, al Palacio de los Deportes, construido para los Juegos Olímpicos celebrados en la Ciudad de México en 1968.

En la Galería Abierta Wilfrido Massieu se expone "Humor negro en tinta verde", en la que el caricaturista Víctor Solís reinventa el esquema del discurso ambientalista y, con muy buen humor, denuncia los peligros de una falta de conciencia ecológica y la doble moral de la moda del ecologismo, el reciclaje y lo orgánico.

La Galería Antonio Rodríguez exhibe "Viviendo la materia", de Palle Seiersen Frost, quien fiel al papel de vocero de su obra sigue experimentando y descubriéndose como artista y arquitecto.

El juego de las formas geométricas sobre el papel ha convertido a Frost en un creador que dicta su propio orden a partir del caos.

Cada pliego del resistente papel kinwashi representa un lienzo en blanco que pide ser comprimido, aplanado, pintado y desarrugado para satisfacer los caprichos de su autor.

"Mi técnica se basa en demostrar que el resultado desplegado es el caos, pero cuando uno observa bien, uno entiende que no es el caos, sino una nueva clase de orden", refiere el artista visual en los títulos de la muestra.

Las estructuras tridimensionales en dicho material han caracterizado el arte del danés con la esencia de la arquitectura.

"Yo trabajaba mucho en la geometría, con el papel doblado en sistemas geométricos. Un día sentí las ganas de tomar los papeles y violentar su superficie en la búsqueda del desorden", comentó.

Texturas y estructuras se conjuntan en "Viviendo la materia", donde el artista exhibe trabajos que penden para que su apreciación le permita al observador mirarlo de ambas caras y otros encapsulados, a fin de apreciar el traslúcido.

Obra salpicada de tonos azules, rojos, verdes, morados o en blanco y negro invitan al espectador a conocer el universo del artista y su anarquía estética.

Por último, en el vestíbulo norte, el pintor y arquitecto José Grinberg presenta su más reciente trabajo, en el que incorpora la presencia de símbolos, imágenes y mitos alojados en el "fondo de la memoria".

Es el caso de "Laberintos sin salida", que es el reflejo del caos urbano: escaleras que no conducen a ningún sitio, ventanas abiertas a diálogos rotos o fragmentados y una radiografía del caos y de la libertad.

Para dicha exposición, la arquitecta Sara Topelson comentó que el pintor "ha seguido un proceso de simplificación formal que considera al color y a la materia como instrumentos protagónicos, incorporando collage e inspirándose en noticias cotidianas y en su fuerza creativa de artista.

Siempre interesado por las artes plásticas y la expresión gráfica, Grinberg tomó sus primeras clases de pintura a los ocho años y tiempo después ingresó al taller de Arnold Belkin, donde experimentó con las técnicas del momento y conceptos en torno a la creación plástica.

rqm