Confabulario echa un vistazo al cine contemporáneo
'CONFABULARIO'. El crítico de cine Mauricio González Lara escribirá que, pese al éxito de actores y directores latinos en Hollywood, esta comunidad no tiene gran influencia en la industria cinematográfica estadounidense. (Foto: Especial )
El número 51 del suplemento incluirá una serie de textos sobre cine actual.
El crítico de cine Mauricio González Lara entrega un ensayo en el que sostiene que, pese al éxito de actores y directores latinos en Hollywood, esta comunidad no tiene gran influencia en la industria cinematográfica estadounidense.
Rebeca Jiménez Calero recorre la trayectoria del documentalista mexicano Everardo González, cuyo filmografía muestra un especial interés en que sus entrevistados se muevan e interactúen en sus propios espacios. González es autor de La canción del pulque (2003), Los ladrones viejos. Las leyendas del artegio (2007), El cielo abierto (2011) y Cuates de Australia (2011).
El crítico de música Luis Pérez Santoja escribe sobre Alejandro Giacomán, uno de los compositores para cine más activos de las recientes generaciones, y quien realizó la música de Obediencia perfecta (Luis Urquizo, 2014), estrenada hace unos días.
Ya en el ámbito del cine extranjero, Salvador Quiauhtlazollin entrega una entrevista exclusiva con Gareth Edwards, director de la más reciente versión de Godzilla en el cine, actualmente en salas. Edwards explica cómo consiguió vincular su producción con las versiones japonesas originales del monstruo.
El fotógrafo Federico Gama escribe sobre el fenómeno selfie, el cual, sostiene, no es un autorretrato fotográfico convencional, pues busca crear una imagen de autor que pueda decir algo de sí mismo en el instante presente.
En la sección de crítica, Miradas, Mauricio Montiel Figueiras reseña la película Why Don't You Play in Hell?, del director japonés Sion Siono; Blanca Villeda comenta la exposición Ángel Zárraga, el sentido de la creación, actualmente en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México, y Juan Hernández reseña la coreografía Play, dedicada a público infantil y realizada con bailarinas de entre 10 y 12 años de edad de la Escuela de Danza Clásica del Centro Estatal de Bellas Artes de Yucatán.
rqm