Cerámica del Bajío mexicano, en el MAP
CARTEL. "Tonalá y Tlaquepaque. Una visión del Bajío" se expondrá del del 29 de marzo al 6 de julio en el MAP. (Foto: Tomada de amigosmap.org.mx )
Una selección de piezas que da una clara idea de la importancia de la cerámica de la región del Bajío mexicano y su extraordinaria biodiversidad, será la que exhiba el Museo de Arte Popular (MAP), a partir del 29 de marzo y hasta el 6 de julio.
"Tonalá y Tlaquepaque. Una visión del Bajío" es el título de la muestra que permitirá al espectador echar un vistazo a la riqueza de las culturas populares e indígenas de los jaliscienses, la cual ha trascendido los siglos y aún es sustento de la mexicanidad.
Y es que una de las entidades más importantes en el panorama nacional de las artesanías, por la gran variedad de su producción, es Jalisco, estado que alberga dos importantes centros productores: Tonalá y Tlaquepaque, poblaciones cuyo impacto y reconocimiento va más allá de las fronteras nacionales.
Vidrio soplado, textiles, madera, metal y otros tipos de trabajos han alcanzado en la zona un gran desarrollo, particularmente la cerámica, principal ocupación de estas dos comunidades alfareras por excelencia.
El barro, las arcillas y sus características locales, han permitido experimentar en técnicas y estilos diferentes.
Respecto a Tonalá, los organizadores recuerdan que esta localidad ha sido el objeto del estudio de sociólogos, estudiosos de la cultura popular, historiadores y etnógrafos.
Para el investigador Mario Bozzano, Tonalá debe considerarse como el alma mater o cuna de este delicado arte regional, lo cual permite comprender el desarrollo social, económico y artístico artesanal de la villa tonalteca.
Sus antecedentes artísticos y la calidad de los materiales utilizados dieron lugar a que su cerámica fuera de una calidad superior a la que se requería para el uso diario.
Como en muy pocas partes de México, en Tonalá se ha sabido trabajar con el barro, surgiendo verdaderas obras de arte.
Con las diferentes técnicas aplicadas, familias enteras por generaciones han hecho de la cerámica no sólo su principal actividad económica sino su forma de vida espiritual, porque han creado un maridaje, un matrimonio con la tierra, de la que surgen tonalidades y texturas aprovechando el color y los trazos para embellecer sus trabajos.
De igual manera existe la técnica del barro natural, cuyos objetos tienen una función de corta durabilidad, pero que logran su cometido: así jarros para aguas frescas, tepache o refrescos; ollas piñateras y otros enseres son fabricados con esta técnica.
Entre los más ilustres ceramistas de Tonalá, se puede citar a Jorge Wilmot, quien enriqueció y fortaleció el arte del lugar con su cerámica a la alta temperatura.
Ésta se volvió un detonante cultural y técnico: significó abrirse a las influencias del exterior, básicamente del Oriente, donde esta técnica tenía una raíz muy fuerte y desarrollada, pero además, implicó allegarse elementos tecnológicos para hacer factible la realización de esta artesanía, así como algunos procesos de organización, que aunque sin ser novedosos en otros ámbitos, sí lo eran para los artesanos tonaltecas.
Por lo que se refiere a Tlaquepaque, es otro de los núcleos de producción y venta de artesanías centradas en la cerámica y otros objetos de uso y ornato tomando como materia prima el barro.
Al igual que Tonalá, San Pedro hunde sus raíces en las culturas prehispánicas, ya que desde antes de la presencia de los conquistadores y colonizadores, aquí se producían importantes cantidades de piezas de cerámica para el autoconsumo y el trueque.
Esa tradición no murió con la conquista, al contrario, fue una de las actividades que contribuyó a dar su fisonomía e identidad al poblado.
El centro histórico de San Pedro Tlaquepaque se ha convertido en un extraordinario espacio de exposición y venta de artesanías de todo tipo, producidas fundamentalmente en el municipio.
Este centro alfarero de gran tradición, donde se produce todavía, por fortuna, la miniatura y la juguetería policromada y barnizada, hecha a base de moldes, nos remite a la dinastía de artesanos de los Panduro, retratistas y miniaturistas.
Los descendientes de Pantaleón Panduro trabajan tipos con el estilo antiguo, forman colecciones de todos los presidentes de México y hacen las llamadas frutas caricaturas, de cuyo interior surgen personajes como: sacerdotes, militares, payasos y policías, entre muchos otros.
En San Pedro Tlaquepaque se fabrican además, todo tipo de mosaicos, pisos, macetas, macetones, jarrones, cántaros y loza. Entre las técnicas utilizadas, se encuentran: petatillo, canelo, betus, bandera y alta temperatura, pasando por el alisado o barro natural que generalmente no lleva decoración alguna.
"Tonalá y Tlaquepaque. Una visión del Bajío" es un esfuerzo de los museos Nacional de la Cerámica de Tonalá y Premio Nacional de la Cerámica Pantaleón Panduro, de Tlaquepaque, que han prestado parte de sus acervos.
cvtp