Arte expoliado por nazis vuelve a herederos de víctima
La Fundación Patrimonio Cultural Prusiano informó hoy de la devolución de dos obras de la colección del Museo de Grabados de Berlín a los herederos de la propietaria original de las mismas, obligada a venderlas debido a la persecución nazi.
Se trata del dibujo a lápiz y tinta Dos hojas marchitas (1817, 10 de enero), efectuado ese mismo año por Friedrich o Ferdinand Olivier, así como otro dibujo a lápiz de Julius Schnorr von Carolsfed, que muestra a Friedrich Olivier a la edad de 25 años (1816).
En el marco del proyecto sobre la investigación de la procedencia de obras, los expertos determinaron que los dos dibujos pertenecieron a la colección en Viena de Marianne Schmidl, bisnieta de Friedrich von Olivier, obligada a venderlos como consecuencia de la persecución por el régimen nazi.
Los hermanos Olivier, originarios de Dessau (noroeste de Alemania), son dos de los artistas más importantes del Romanticismo alemán y pertenecen al grupo de los Nazarenos, al que también se unió Schnorr von Carolsfeld en 1814 en Viena.
Los tres artistas mantuvieron durante décadas una estrecha amistad en un constante debate e intercambio artístico.
Las obras ahora restituidas fueron adquiridas en sendas subastas en abril de 1939 y mayo de 1941 de la casa de pujas C.G. Boerner de Leipzig, fueron inventariadas como parte de la colección de dibujos de la Galería Estatal y pasaron a formar parte en 1990 de los fondos del Museo de Grabados de Berlín tras la reunificación de Alemania.
La colección de Marianne Schmidl, nacida en 1890 en Berchtesgarden (Baviera), comprendía además de los dos dibujos restituidos, numerosas obras más de estos autores.
Schmidl, que creció en la capital austríaca, fue la primera mujer en obtener el doctorado en etnología por la Universidad de Viena y trabajó inicialmente en varios museos etnológicos, entre ellos el de Berlín.
En 1921 comenzó a trabajar como bibliotecaria en la Biblioteca Nacional de Austria, cargo del que fue apartada en 1938.
Schmidl se vio obligada a desprenderse de las obras al ver amenazada económicamente su existencia debido a la persecución por el origen judío de su padre.
En abril de 1942 fue deportada al gueto de Izbica, en la Polonia ocupada, considerado de transito hacia los campos de exterminio de Belzec y Sobibor.
Se desconocen la fecha y circunstancias exactas de su muerte, pero ninguno de los alrededor de 4 mil judíos austríacos deportados a Isbica lograron sobrevivir.
En tanto, el consejo de ministros alemán dio hoy el visto bueno a la propuesta de crear un Centro alemán de bienes culturales Extraviados en la ciudad de Magdeburgo, en el este del país, para acoger bajo un mismo techo los proyectos de investigación sobre la procedencia de obras.
Según el proyecto, que contará con 20 empleados y una subvención de unos 5 millones de euros (6.3 millones de dólares), concentrará el trabajo realizado hasta ahora por el Centro de coordinación de arte extraviado, en Magdeburgo y el Centro para la investigación sobre la procedencia de obras, en Berlín.
sc