Muralista mexicano convierte su casa en altar de muertos
El artista mexicano Héctor Duarte ha convertido las paredes exteriores de su casa de tres pisos en el barrio Pilsen de Chicago (EE.UU.) en un altar del Día de los Muertos, donde un gigante inmovilizado con alambre de púas representa a los inmigrantes que mueren al cruzar la frontera.
"El gigante es una especie de Gulliver latino, inmovilizado por el alambre de púas, que simboliza la frontera de México y Estados Unidos", declaró hoy en una entrevista.
El artista dice haber "tomado prestado" el personaje de la novela clásica de Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver, para expresar las dificultades que enfrentan los inmigrantes en su viaje al norte, en primer lugar, y para integrarse luego a la nueva sociedad.
"Quienes visiten la casa verán a un personaje que representa a los tantos que han muerto cruzando la frontera, así como a la máscara de la calavera, que es el símbolo de la muerte", señaló.
"Esa gente está desaparecida o en muchos casos no se sabe a dónde fue. Solamente sus familias conocen sus nombres", agregó.
Duarte, que trabajó durante siete meses para pintar 325 metros cuadrados de murales, compara su casa con los altares mexicanos del Día de los Muertos, en particular con los adornos de homenaje que se hacen con flores de muchos colores.
"Son el rojo y el amarillo de la flor de cempazuchitl (caléndula). Colores que transforman la casa en una instalación-ofrenda", describió.
Duarte, uno de los nombres destacados en la tradición muralista mexicana, nació en 1952 en Curio, Michoacán (México), y vive en Chicago desde 1985. Vino por primera vez a esta ciudad en 1978 para asistir a un congreso de muralismo y quedó impresionado por la posibilidad de poder pintar en las calles sin problemas.
En México, donde el movimiento muralista se originó entre 1920 y 1930 como un proyecto del Gobierno para educar al público, a partir de 1950 comenzó a restringirse al interior de edificios públicos y solamente por encargo a artistas reconocidos.
En Pilsen, barrio hispano del suroeste de Chicago, los murales al aire libre surgieron a fines de la década de 1960 y comienzos de la de 1970 con mensajes sociopolíticos de los artistas latinos que querían proclamar su identidad.
"Aquí uno se podía expresar en las calles y eso me decidió a regresar y radicarme en Chicago", dijo Duarte, que en su país estudió en el taller de David Siqueiros, uno de los fundadores del muralismo mexicano.
Además de su casa, que hasta 1997 era un edificio abandonado y casi en ruinas que recuperó para convertirla en una pieza de arte público, Duarte ha trabajado en la creación de decenas de murales en Pilsen, como en la biblioteca pública Rudy Lozano, donde hay un mosaico integrado a la pared, en la tradición veneciana.
Algunos murales han desaparecido, deteriorados con el tiempo o porque las paredes fueron reconstruidas o derribadas. "El arte en la calle es efímero. Uno embellece lugares semidestruídos que no duran mucho tiempo", declaró.
Sus trabajos también han sido exhibidos en el Museo Mexicano de Bellas Artes de Chicago, en la escuela del Instituto de Arte de Chicago, en la Sociedad Histórica de Chicago y en la Casa Estudio Museo Diego Rivera, en México.
sc