Tras la confirmación del colapso del hospital los llamados de emergencia fueron para equipos especializados en búsqueda y rescate. Así se comenzaron a armar los equipos de localización. Trabajan en parejas con un jefe de unidad que está al pendiente.

En los "espacios vitales" hacen marcas con aerosol en cada punto donde se encuentran víctimas vivas o muertas y donde se ha buscado. Los perros de rescate también son vitales. Ellos también se arriesgan; cuando encuentran indicios marcan el lugar y sus ladridos alertan.

Se escucha entonces un "silbatazo" y todos paran. Entonces se escucha la voz de mando: silencio total. Hay un alarido y todos repiten la orden. Luego viene el silencio. Y la voz de mando del rescatista es la única que retumba: "Somos un equipo de rescate. Si hay alguien debe golpear dos veces". A veces la respuesta es inmediata, en otras, todos deben poner atención y repetir el proceso. Hay muchas falsas alarmas.

"La respuesta de los servicios de emergencia fue buena. Hablemos ya muchos en zona y muchos capacitados en este tipo de búsquedas en estructuras colapsadas. En México tenemos personal muy entrenado, pero lo que siempre tenemos en contar es la falta de coordinación. A la zona llegan muchos mandos, de policía sobretodo, que desconocen los protocolos y todos quieren mandar. Es los que nos retrasa", asegura José Ramos González, Técnico en Urgencias Médicas intermedio con rescate urbano y elemento del grupo USAR de Ciudad de México.

Ha salido ya de la zona de colapso para hidratarse. Se han rescatado 37 personas, entre bebés, pacientes y personal médico que ha sido llevado ya a hospitales. Los escombros poco a poco son removidos y las estructuras metálicas cortadas. Es una tarea que les llevará más de 10 horas, pero que deberá hacerse con cuidado ante la posibilidad de encontrar a más víctimas.

spb