metropoli@eluniversal.com.mx

“Un día, no sé cuando, ni dónde, nos volveremos a reunir. En Dios pongo mi fe porque él será tu guía. Lamento nuestra separación… Te amo”. Esto el extracto de la carta de una madre que ofreció en adopción a su hijo. Este menor se suma a las filas de más de 20 mil niños que esperan ser adoptados. Muchos de ellos, por ser mayores de seis años, será difícil que encuentren un hogar.

Hay quienes llaman a estos niños “sin esperanza”, pero Vida y Familia AC. (Vifac), una organización que ofrece la posibilidad de alcanzar mejores condiciones de vida para mujeres embarazadas y ayuda a quienes, por situación de pobreza extrema, se ven incapacitadas para conservar a sus bebés y las apoya para que entreguen a su pequeño en adopción de forma libre. De las mujeres que acuden a Vifac, 2 de cada 10 dan a sus hijos en adopción.

De acuerdo con el DIF nacional, hay 25 mil 700 menores albergados en centros de asistencia pública y privada; según el Inegi hay 682 casas hogar en México.

Adriana Luna Lozano, directora general Jurídica y de Enlace Institucional del Sistema DIF Nacional, y Mariela Padilla Hernández, directora general de Integración Social del DIF Nacional, aseguran que es un proceso de vida, no difícil, pero que sí conlleva un procedimiento que asegura que el niño se reintegre a una familia adecuada.

Luna Lozano aclara que el proceso de adopción dejó de ser engorroso para muchas de las parejas que en gran medida presentan un problema biológico para concebir un bebé. Cada adopción es particular: se realizan estudios sicológicos y sociales, a través de los cuales se busca que los posibles padres tengan flexibilidad, buena autoestima, capacidad de enfrentar problemas y, sobre todo, querer a un menor que puede ir desde recién nacido hasta los 18 años de edad.

El procedimiento no es largo, se calcula entre un año cuatro meses, (divido en dos procesos: el administrativo y el de judicialización) tiempo en que se lleva a cabo el estudio a los posibles padres, la dictaminación del Consejo y la entrega final. Antes, advierte que hay prácticas de convivencia con el menor para conocer la adaptabilidad entre ambos.

“El número de solicitudes de adopción ha crecido, se ha avanzado en la cultura de la adopción”, dice.

En el proceso cada estado es independiente, pero se trabaja de manera coordinada con el DIF nacional. Detalla que tan sólo el año pasado hubo mil 210 solicitudes, 484 improcedencias y 588 en trámite.

Mariela Padilla Hernández cuenta que en el DIF nacional hay cinco centros de asistencia. De las cifras que se mandan sobre niños albergados se maneja una cifra de 25 mil 700 menores, pero el DIF, bajo tutela y resguardo, sólo tiene a 300 niños de cero a 18 años, y no todos susceptibles de ser adoptados hasta que su situación se regularice.

“Son niños remitidos del MP, muchos vienen huyendo de la violencia. Lo importante es ver el beneficio del menor, lo que más le favorezca”, dice.