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'Nadie te va a creer; si dices algo te voy a matar'

Lydiette Carrión| El Universal
08:56CIUDAD DE MÉXICO | Martes 10 de septiembre de 2013
Pedro, chofer de la una ruta que va del Estado de México al Metro Pantitlán, atacó sexualmente a Alejandra, quien denunció ante el MP, sin embargo, de poco le sirvió

Eran pasadas las 7:00 de la noche del 4 de marzo de 2013. El camión de pasajeros de la ruta 04 con número económico 344 que venía del Estado de México a Pantitlán, circulaba sobre Churubusco y estaba semivacío: sólo un par de pasajeros en la parte delantera y, sentada en los últimos asientos, una mujer joven, a quien llamaremos Alejandra, vecina de Chimalhuacán, madre de cuatro niños, cuyo esposo se encuentra en la cárcel.

A unas pocas cuadras de la estación del Metro Pantitlán, a la altura de la calle 5, el chofer detuvo el vehículo y anunció que éste se había descompuesto, que tomaran el que sigue. Los pasajeros al frente bajaron por la puerta delantera. Alejandra tocó el timbre para que le abrieran la puerta trasera. No ocurrió. El chofer entonces le dijo a su cobrador:

-Síguete, mi chavo. Y éste se fue.

El hombre se dirigió a la parte trasera, con desarmador en mano. Fue cuando Alejandra lo reconoció: era Pedro, de unos 29 años, que había trabajado como chofer de su suegro. Ella le advirtió que lo iba a acusar con sus familiares.

-Nadie te va a creer, y si dices algo te voy a matar, reviró él. Comenzó a besarla y a manosearla, y le arrebató su bolsa, una de plástico rosa con plateado, donde llevaba cuatro mil pesos para el abogado de su marido. Pedro la hirió -si bien, no de gravedad- en el estómago. Ella pudo zafarse y se bajó corriendo del autobús.

Corrió hasta el paradero de Pantitlán, donde hay una pequeña oficina del Ministerio Público y allí acudió, pero le dijeron que le correspondía la agencia 5 de la delegación Venustiano Carranza. Alejandra se trasladó y llegó pasadas las ocho de la noche. A la entrada la recibieron unos policías auxiliares, quienes la canalizaron con una agente del Ministerio Público. La agente -de quien Alejandra nunca supo el nombre- le preguntó las calles que rodeaban Churubusco y calle 5.

-No sé, contestó Alejandra, no vivo por ahí.

-Entonces no le puedo levantar la denuncia, dijo la servidora pública.

Los policías auxiliares se solidarizaron con la joven y la acompañaron a buscar al agresor. Preguntaron con el checador de la ruta y éste dijo que ya no había regresado.

Alejandra se fue a su casa y lloró durante toda la noche. Al día siguiente ya no se presentó a denunciar. Pero el abogado de su esposo, Martín Martínez, la convenció de no dejar el asunto impune. El 18 de marzo se presentaron ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), en donde, tampoco quedó registrada la queja, si bien presionaron a la agencia 5 de Venustiano Carranza para que les dieran "la atención".

La denuncia quedó asentada ese mismo 18 de marzo, en la averiguación previa FUC/VC-5/00214/13-03RI, por el delito de abuso sexual agravado y robo. Una sicóloga realizó un peritaje para determinar si la denunciante había sido víctima de abuso sexual; concluyó que sí, sostiene el abogado de Alejandra, sin embargo, hasta ahora no se les ha permitido tener copia de su expediente.

El 19 de marzo Pedro, de 29 años, fue detenido y encarcelado en el Reclusorio Norte. Alejandra jamás fue llamada a declarar. Sin embargo, sí llamaron a los testigos del detenido; entre ellos una mujer que aseguró haber trabajado como cobradora ese día, con Pedro. Describió a Alejandra como "gordita, chaparrita, güerita". La víctima, si bien es bajita, tiene piel morena y cabello negro.

El acusado agregó que era una venganza por parte de ella por haber declarado en el juicio contra su esposo. Alejandra sostiene que, si bien él fue llamado a declarar como testigo, jamás lo hizo, y "esto está el expediente", añade.

El 2 de junio, Alejandra se enteró que habían dejado ir a Pedro porque se lo encontró en el paradero de Pantitlán. Éste la agarró por los brazos y le dijo que si volvía a denunciar, él iba a decir que eran amantes y la iba a matar. Después la siguió y le tomó fotografías.

En el Ministerio Público le decían que "terminando agosto se empezarían  a mover", a investigar el caso.



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