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El cuerpo sin vida de un joven yace en la vía pública boca abajo. Junto al cadáver, más de cinco casquillos percutidos de un arma calibre .38 rodean la escena. Minutos antes, esta persona habría asaltado una tienda en la delegación Azcapotzalco; su hazaña fue interrumpida por las balas de un policía.

Los restos del supuesto ladrón quedaron en la esquina de la calle Ferrería y avenida Hidalgo, en la colonia Azcapotzalco La Villa.

Los encargados de darle identidad a este cuerpo serán los expertos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y del Instituto de Ciencia Forenses (Incifo). Todo, a través de un protocolo que debe cumplir cada cuerpo en la capital, siempre que así lo determine la autoridad.

Para que un cuerpo pueda llegar a su destino final, ya sea la inhumación o la cremación, existen pasos y trámites para determinar las causas de su muerte.

Los primeros que tienen conocimiento sobre los decesos ocurridos en vía pública (ya sea por accidente, homicidio o causas naturales), son los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).

Una vez que estos acordonan la zona, deben avisar al agente del Ministerio Público (MP) de la región más cercana donde ocurrió el hecho. Sólo el MP está facultado para tomar conocimiento de una muerte y ordenar el levantamiento del cuerpo.

Felipe Edmundo Takajashi Medina, director del Incifo, detalló que para iniciar las diligencias de este tipo de sucesos, además del MP, debe intervenir la Policía de Investigación y por último los peritos, expertos en fotografía, química, criminalística y balística, en caso de que se trate de un asesinato.

Ellos son los encargados de llevar a cabo una inspección en cinco metros a la redonda del lugar de los hechos para recoger todo tipo de indicios, o bien, reconstruir el caso. Estos indicios pueden ser balas, armas, ropa, fluidos corporales y cualquier objeto que rodee al cadáver. Cuando esto sucede, el MP ordenar su levantamiento.

Takajashi explicó que, tras el peritaje, el cuerpo es llevado a la agencia más cercana, donde se inicia una averiguación previa. Ahí, el MP levanta una acta médica que debe incluir la descripción externa del cadáver (ropa incluida).

Luego de realizar la revisión externa, el cuerpo es enviado al Incifo (máximo, un día después de la muerte) para llevar a cabo la necropsia de ley. Si es reclamado, éste se entrega, a más tardar, dos días después del deceso.

Todo cadáver involucrado en un delito debe ser remitido al Incifo.

A un paso del final

Edmundo Takajashi detalló que al llegar a la institución que él dirige, el cuerpo entra completamente desnudo con tres órdenes del MP: una para realizar la necropsia; otra para entregarlo a sus familiares y una más para dar vista al Registro Civil y tramitar el acta de defunción.

Ya en las planchas, interviene el médico forense encargado del caso, así como el técnico en necropsias, que es la persona encomendada para manipular el cuerpo. Todos los exámenes realizados al cuerpo se graban y fotografían.

Una vez abierto el cuerpo, se pesan, se toman muestras de los órganos y se les aplican pruebas de patología y toxicología. Esto permite determinar la causa de la muerte, en caso de que la exploración física no lo haya permitido.

En estas etapas participan especialistas en antropología, dactiloscopia, odontología, fotografía y genética, así como técnicos en necropsia, quienes, además de manipular el cuerpo, lo colocan en las cámaras de refrigeración.

El paso final es la tanatopraxia, proceso para hacer menos impactante el aspecto físico del cadáver.

Concluido el dictamen sobre las causas de la muerte, el cuerpo puede ser entregado a su familiar.

Si nadie lo reclama, éste puede permanecer hasta 72 horas en el refrigerador (si se trata de una persona en situación de calle) y hasta dos semanas, en caso de personas que puedan tener familiares.

Si nadie reclama un cadáver, se le tipifica como desconocido y puede permanecer en el Incifo hasta un año, antes de ser enviado a la fosa común, ubicada en el Panteón Civil de Dolores.

Si un cuerpo es enviado a una fosa común se le coloca una placa metálica con sus datos (en la muñeca), además de una tarjeta que ayudará a su localización.

La placa contiene los números de averiguación previa, de expediente, la edad clínica aproximada y la fecha de ingreso al Incifo.

En caso de que un cadáver esté involucrado en una averiguación previa, permanecerá en la morgue el tiempo necesario.

Actualmente el Incifo tiene los nueve cuerpos del caso Heaven y otros 30 en resguardo. Este año ha recibido alrededor de mil 760 cuerpos, cifra similar a la de 2012.

Takajashi explicó que la mayoría de los cadáveres que llegan son de hombres de entre 20 y 40 años víctimas de accidentes de tránsito.

El Instituto de Ciencias Forenses del DF es el más grande del país: puede albergar a hasta 450 cadáveres en sus cámaras de refrigeración. Sus instalaciones cuentan con 12 planchas en las que se puede trabajar al mismo tiempo.

Tiene dos cámaras de refrigeración y una de congelación, en ésta última están los cuerpos de las víctimas del secuestro en el bar Heaven, mismos que están plenamente identificados, pero que estarán resguardados hasta que la procuraduría lo determine.