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Margarita, de mecanógrafa a ministra

Elena Michel| El Universal
Lunes 27 de octubre de 2014
Margarita, de mecangrafa a ministra

PERFIL. Margarita Beatriz Luna Ramos. En casi cuatro décadas de laborar en el Poder Judicial de la Federación, ha ocupado múltiples cargos: empezó como mecanógrafa y logró ser juez federal a los 30 años. (Foto: ILUSTRACIÓN EKO )

La Suprema Corte entrará en un proceso para renovar presidencia. EL UNIVERSAL le presenta los perfiles de los ministros con posibilidad de dirigir al Poder Judicial Federal. El serial inicia con la ministra Margarita Luna Ramos, una mujer que en casi cuatro décadas ha recorrido todos los puestos del escalafón judicial

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Margarita migró de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a la ciudad de México a principios de la década de los años 70. Estudió derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y se enamoró de su “alma mater”, donde cursó hasta el nivel doctorado.

Disfruta vivir en la capital, pues considera que la ciudad es cosmopolita y en ella se encuentra todo.

En su infancia, la mujer que desde hace una década es ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), soñó con ser médico, pero en su ciudad de origen únicamente había dos opciones: o derecho o normalista. Optó por lo primero.

Margarita Beatriz Luna Ramos procede de una dinastía de abogados. Inició su carrera en el Poder Judicial de la Federación como mecanógrafa en 1975. Aún era estudiante en la Facultad de Derecho. Y su primer jefe fue el ministro en retiro, Juan Díaz Romero. Once años después, y a la edad de 30 años, se convirtió en juez de Distrito en materia Administrativa en el Distrito Federal.

Entre 1975 y 1986, Luna Ramos recorrió todas las posiciones del escalafón judicial: de teclear una máquina de escribir pasó a oficial judicial; luego ascendió a actuaria, secretaria de juzgado y, posteriormente, a juez federal.

Como juzgadora federal trabajó durante siete años, hasta que nacieron sus hijos. Pero la reforma de 1994 le dio otra oportunidad; debido a los cambios y rotación regresó al mundo del derecho como magistrada.

Rompiendo barreras. Margarita está acostumbrada a ser la primera mujer en ocupar cargos, en abrir brechas:

Fue la primera, propuesta por los ministros de la SCJN y designada por el Congreso de la Unión como magistrada en materia electoral para integrar la Sala de Segunda Instancia del entonces Tribunal Federal Electoral. También lo fue cuando la nombraron consejera de la Judicatura Federal (CJF) por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Desde 2004 es ministra del alto tribunal del país, y hoy busca convertirse en la primera mujer presidenta del máximo tribunal.

Nació el 4 de enero de 1956, bajo el signo de Capricornio, eje de su personalidad: disciplinada, práctica, prudente y cautelosa. Con un excelente sentido del humor.

Su sonrisa pícara retumba en las sesiones del pleno de la SCJN. Tiene una mirada traviesa y un look muy femenino, marcado por su habitual mascada y discreta joyería en perlas que marcan distinción.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es maestra y doctora en Derecho por esa misma institución, consiguiendo este último grado académico con la tesis Procedencia del juicio de amparo respecto de las decisiones de los paneles binacionales del TLCAN.

Quienes la conocen aseguran que uno de los hobbies preferidos de la ministra Luna Ramos es el cine, y en su lista de los diez filmes preferidos está el italiano Cinema Paradiso. Hay un perfil romántico. Ella también disfruta de las canciones de Agustín Lara y la trova yucateca —esa que evoca aires del Mayab—.

Su llegada a la Suprema Corte no fue sencilla. En noviembre de 2003, el entonces presidente Vicente Fox la incluyó en la terna de candidatos a ocupar uno de los puestos en el máximo tribunal del país, que envió al Senado de la República; pero nadie obtuvo la mayoría calificada necesaria.

En febrero de 2004, Fox envió una nueva terna de candidatos e insistió en Luna Ramos, junto con Gloria Tello Cuevas y María del Carmen Aurora Moreno Arroyo. Esta vez, la chiapaneca se impuso. Será ministra de la Suprema Corte hasta 2018.

Luna Ramos disfruta la academia y la discusión con estudiantes de derecho. Entre sus múltiples actividades, que la obligan a levantarse antes de las cinco de la mañana, es miembro de los Comités de Tutoría de Amparo y Derecho Constitucional y Administrativo en el Doctorado de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM y pertenece al Claustro de Doctores en Derecho de la máxima casa de estudios.

Una de las tareas que tiene encomendada la ministra Luna Ramos es elaborar el examen de constitucionalidad sobre la consulta popular que propone el PRD en relación con la reforma energética. En la ponencia que le fue encargada, la ministra expondrá si procede o no la pregunta que pretende el PRD hacer a los ciudadanos en las elecciones de 2015.

El presidente de la Corte, Juan Silva Meza, abrió un receso y canceló las sesiones ordinarias del pleno de los días 27 y 28 y el calendario de la primera y segunda sala a desarrollarse el 29 de octubre, con el fin de que los ministros instructores se dediquen al 100% a la elaboración de los proyectos de resolución y el resto del pleno al estudio de las propuestas.



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