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Condena Peña acción de Perry

Jacobo Zabludovsky| El Universal
Viernes 12 de septiembre de 2014


Condena Pea accin de Perry

CONVERSACIÓN. El presidente Enrique Peña Nieto recibió en Palacio Nacional al periodista Jacobo Zabludovsky. (Foto: ESPECIAL )

El presidente Enrique Peña Nieto dijo que la actitud del gobernador de Texas, Rick Perry, de reforzar la frontera con la Guardia Nacional no sólo es "desagradable, sino condenable"

politica@eluniversal.com.mx

En medio de un juego de espejos del tiempo me recibe en Palacio Nacional Enrique Peña Nieto. Pasé revista a un batallón de sus antecesores firmes, retratados en el muro largo como el siglo hasta llegar a una biblioteca reciente, vecina del elevador más antiguo del país y le hablo de usted, de señor y de don a un hombre al que le duplico la edad: el Presidente de México. En un laberinto de anacronismos ordeno mis preguntas para entender la conducta de este joven al frente de la política mexicana.

Me gusta recordarlo la tarde aquella en La Habana cuando entregó el Águila Azteca a José Mujica, presidente de la República Oriental del Uruguay. Los tres, mientras comíamos, hablamos con la tranquilidad de viejos amigos que aún no éramos, con la frescura de una garúa en el Río de la Plata y la calidez del Caribe. Le hice entonces al veterano rebelde liberado una entrevista que reanudo hoy sin él como plática ininterrumpida. Al saludar a Peña Nieto tengo la sensación de volver a ese momento memorable y pienso que me hubiera gustado tener a Mujica de testigo frente al Zócalo.

Sin preámbulos, iniciamos la charla.

Señor presidente Enrique Peña Nieto, muchas gracias por darme esta entrevista y por dármela en Palacio Nacional.

Al contrario, don Jacobo, es un gusto poder estar aquí con usted y tener la oportunidad de dirigirme a todos los mexicanos.

Muchas gracias. El problema fundamental de México, señor Presidente, sigue siendo el de la pobreza. Usted lo señaló, hace poco dijo que no hemos podido superar el porcentaje de riqueza para los pobres desde hace 30 años; es decir, durante cinco sexenios la pobreza ha sido la misma, se han intentado programas sexenales que no han funcionado, han sido un fracaso. ¿Cómo plantea la solución?

Mire, don Jacobo, yo creo que la mejor política social que hay para combatir la pobreza de fondo y de raíz, sin duda, es el crecimiento económico. En los años en los que logramos tener un crecimiento económico mayor y sostenido, se observa en la historia económica y social cómo hay una disminución sensible de la pobreza.

Sin embargo, desde hace prácticamente 30 años, nuestro gran desafío ha sido cómo logramos crecer económicamente y de forma sostenida, a mayores tasas y en tanto eso no ocurra, evidentemente no podemos hacerle frente a este gran reto y combatir con mayor eficacia la condición de pobreza.

Hay que reconocer que en México hay 45% de la población en condición de pobreza. Y para ello hemos diseñado una nueva política social, don Jacobo, en este programa, que es una evolución del anterior Programa de Oportunidades, ahora Prospera, y que inscribe en su nombre el espíritu del programa, que busca la prosperidad para quienes están en mayor rezago y que no sólo sean sujetos del asistencialismo del Estado mexicano, sino darles ahora mejores herramientas para que quienes están en esta condición, se puedan incorporar a la actividad productiva, puedan tener su propio negocio o puedan incorporarse al mercado laboral.

¿Cuáles son los componentes adicionales del Programa Prospera? Primero, el otorgamiento de becas para que los jóvenes estudien hasta la universidad; que podamos darles a las mujeres y a los hombres oportunidad de ser parte del sistema financiero, de la inclusión financiera, de enseñarles y formarles en el ahorro; en tener oportunidad de contraer crédito para emprender cualquier actividad económica. Son algunos elementos nuevos del Programa Prospera.

Esto irá de manera paralela, a lo que pretenden las reformas estructurales que se han alcanzado, que es lograr mayor crecimiento económico y una eficiente instrumentación de la política social; será lo que realmente nos permita, don Jacobo, disminuir la pobreza y tener un reparto más equitativo de la riqueza que genera el país.

Señor Presidente, en anteriores programas asistencialistas, como usted les llama, para ayudar a la gente pobre, hemos visto que mientras dura el programa la gente es ayudada, cuando termina la gente vuelve a su anterior situación de pobreza, no hay una asimilación a un México productivo, permanente para ellos. Creo que se requiere una reformulación de la estructura económica del país.

Don Jacobo, yo pondría esto en dos ópticas a compartir con usted a partir de su cuestionamiento. Es evidente que la política social del Estado mexicano no sólo debe asegurar que quienes viven en pobreza tengan un mínimo de beneficio, de bienestar, que es hasta ahora a donde ha alcanzado la política social del Estado, sino, como ya lo señalé, a través de estos mecanismos de incorporarles al sistema o la inclusión financiera, de prepararles para el ahorro, de darles mayores oportunidades de educación.

Hasta ahora sólo se les permitía o los apoyos iban solamente para quienes estudiaban hasta preparatoria. Hoy se amplían para que reciban becas para la universidad, lo cual asegura —o está demostrado— que quienes tienen estudios universitarios tienen, de acuerdo con un estudio del instituto de educación, tienen 80% más ingresos que quienes tienen un nivel educativo menor. Además se les da prioridad en la capacitación para el empleo y que puedan incorporarse a alguna actividad productiva.

Éste es, me parece, un elemento fundamental para atender a quienes están en el rezago, pero, por el otro lado, como ya señalaba, tenemos que buscar el crecimiento económico y dentro del crecimiento económico hay que apuntar que hay también una nueva reforma hacendaria que lo que busca es darle al Estado mayor capacidad financiera para atender los problemas de la sociedad.

El reparto o la participación del Estado, la intervención del Estado para asegurar que la riqueza tenga una mejor distribución se da precisamente a partir de una política hacendaria y la reforma hacendaria que se alcanzó está en esta orientación, de cobrar un mayor impuesto y una mayor tasa a quienes tienen mayores ingresos, precisamente para que el Estado, en su política, pueda apoyar a quienes están en una condición de mayor desventaja o en condición de pobreza.

Y es así como ocurre en el mundo, don Jacobo. Es la intervención del Estado el que propicia, a través de sus políticas públicas, una mejor distribución de la riqueza, a través de sus sistemas para asegurar salud, educación. Esto es lo que ocurre en otros países de mayor desarrollo al que tiene nuestro país.

Y eso es justamente, yo diría que estos son los tres pilares: una eficiente política social, un mayor crecimiento económico y una política hacendaria que asegure que la intervención del Estado pueda estar con mayor capacidad para responder a las demandas de la sociedad.

El combate a la corrupción

¿Y la corrupción, señor Presidente? Parece ser que en el último Informe le dio usted un menor espacio, después de haber hablado de una comisión anticorrupción y luego de una fiscalía anticorrupción. ¿No es un problema todavía?

Sigue siendo un problema, don Jacobo. Yo he señalado, y me parece que es el primer reconocimiento que tenemos que hacer, que es un problema de orden cultural, que no es privativo ni del ámbito público, sino también está en el ámbito privado, que está en la vida de la sociedad.

Que evidentemente el gobierno tiene que hacer un mayor esfuerzo para sancionar las prácticas de corrupción que se dan al interior del mismo, pero creo que eso no será suficiente. Yo creo que tenemos que partir de reconocer que es un cáncer, que es un problema que tenemos. He señalado que no es privativo tampoco de México. No sólo se da aquí. Se da en todos los países de la humanidad.

La historia recoge distintos episodios. Es claro que es un problema de la condición humana, de la condición cultural y que tenemos que hacer un esfuerzo, a partir de reconocer este problema, para combatirlo a través de la prevención, de inhibir prácticas de corrupción, es decir, desincentivar aquellos espacios donde se propicia la corrupción. Y yo creo que hoy el Estado mexicano tiene instrumentos más robustos y más sólidos.

Tenemos un instituto de transparencia que deriva de las reformas, con mayor capacidad, que hoy tiene atribuciones en otros Poderes, no sólo dentro del Ejecutivo, sino que ahora tiene atribución para asegurar transparencia en el Poder Judicial, en el Legislativo, en todos los niveles de gobierno, en el federal, estatal, en el municipal; busca crear todo un sistema para asegurar transparencia.

Es una nueva figura y una nueva institución que está dedicada a asegurar mayor transparencia en el ejercicio de los recursos públicos.

Por otro lado, también en la reforma política, se le da ahora autonomía a la Procuraduría, antes Procuraduría General de la República, que dejará de serlo a partir de que se emita la nueva ley sobre la Procuraduría, que la convierta en una fiscalía de la nación, autónoma. Y que tiene, a su vez, dos fiscalías: para delitos electorales, y otra para combatir la corrupción. Y esto, sin duda, habrá de complementarse con lo que derive de la iniciativa que presentamos hace ya dos años, que está en el Congreso, que fue debatida en el Senado, que ahora está en la Cámara de Diputados, y que es precisamente la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción.

Yo creo que, por lo que he recogido de todas las fuerzas políticas en el Congreso, que sesionan desde el 1 de septiembre, que será un tema que se debata, se enriquezca y defina otro mecanismo adicional que tenga el Estado para combatir la corrupción.

Pero creo que tenemos que partir de hacer este reconocimiento, de asumir todos un compromiso en el combate a la corrupción y yo espero que estos mecanismos que el Estado mexicano tiene nuevos, fortalezcan esta capacidad para ir sembrando, lo que yo he señalado, una nueva ética social en nuestro país.

Menos violencia

Desde que tomó usted posesión, implantó una nueva forma de luchar contra la delincuencia, contra el narcotráfico, contra la inseguridad en general ¿ha dado resultado?

Los resultados, o al menos las cifras que hoy se tienen en cuanto a la medición de homicidios, secuestros, robos, sin duda resultan alentadores, porque hoy claramente tenemos menor violencia a la que teníamos hace dos años.

Así lo indican todas las cifras que son públicas, que no sólo tienen los órdenes de gobierno, sino que la propia sociedad y las organizaciones que están muy involucradas en los temas de seguridad, que les preocupa la inseguridad del país, conocen y forman parte de esta estadística, que además INEGI, como entidad autónoma, da a conocer sobre el número de homicidios.

Y claramente se ve una disminución de los niveles de violencia, del número de homicidios; en algún momento tuvimos un crecimiento en el número de secuestros, que nuevamente, a partir de una política instrumentada a inicio de este año, vuelve a tener una tendencia hacia la baja; un menor número de robos, de robos con violencia, de robos en carreteras.

Sin duda, estamos claramente percibiendo una disminución en la inseguridad, pero la tarea no está acabada. Nos falta mucho por hacer. Queremos volver a condiciones donde teníamos mayor tranquilidad. Y a la luz de todos, el nivel de violencia se incrementó en el pasado reciente. Y hoy estamos en una tendencia a la baja. ¿Qué ha posibilitado esto? Yo atribuiría mucho de ello a una mejor coordinación en las tareas de seguridad del orden federal y de los órdenes estatales.

Deja de haber competencia, si no estuviéramos hoy en un sistema de mayor coordinación, de hacer políticas diferenciadas y focalizadas a partir de las condiciones de cada una de las regiones del país. Se establecieron cinco regiones para atender los problemas de seguridad de cada una de estas regiones del país. Y los resultados saltan a la vista. Yo le puedo decir que en términos generales, en todo el país, la disminución de 2012 a 2013 fue de casi 13%.

Y en estos primeros siete meses del año, ocho meses, hay una disminución de 28% en cuanto a la comisión de homicidios, que eso proyectaba violencia, lamentablemente. Es decir, es un buen indicador y mucho de ello responde a esta coordinación. Pero hay estados en la que la disminución todavía es aún mayor, especialmente en la zona fronteriza, el caso de Ciudad de Juárez, el caso de Monterrey y su zona metropolitana, que en algún momento fueron muy señalados por el incremento que tuvieron de inseguridad.

En estas entidades de la frontera, la disminución ha sido incluso superior a 50%. Sin duda, hay estados que han avanzado más, otros en un menor avance. En términos generales es este porcentaje que yo le refiero de casi 29%, pero alentador, pero dejando tarea, mucha tarea todavía por hacer, don Jacobo. Yo espero que las cifras gradualmente nos están dando o mostrando una mejora aún mayor en las condiciones de seguridad que tiene el país. Estamos trabajando para lograr el México de paz y de tranquilidad que ofrecimos a los mexicanos.

VÍNCULO. El Presidente asegura que la relación México-EU pasa por buen momento

 

Protección a migrantes

Señor Presidente, tema en cierta forma relacionado es el que surgió en Texas. El gobernador de ese estado ha ordenado que la Guardia Nacional vaya a reforzar la frontera con México. Es una actitud un poco desagradable, pero se perfila dentro del mismo marco de actividad en que se mueve la trata de personas y la migración de niños y jóvenes en todo el país. ¿Qué pasa?

Mire, no sólo es desagradable, sino yo creo que es condenable. Me parece que es una política completamente des- aceptada, que no se inscribe en el espíritu de cordialidad y de buena amistad entre dos países, particularmente esto ocurre en el estado de Texas, cuando observamos que otros estados de la Unión Americana han, sin duda, cambiado su política, la han hecho mucho más amigable, especialmente para la población migrante.

Recién estuve en el estado California, que usted bien sabe que es el estado que de ser una economía independiente sería la octava economía del mundo. Y ahí las políticas han cambiado, ahí tenemos una mayor presencia entre la composición demográfica de personas o ciudadanos de origen mexicano, una población migrante que forma parte del desarrollo de ese estado y donde las políticas son bastante más amigables.

Nosotros hemos condenado, hemos lamentado esta política que el estado de Texas ha implantado. No se inscribe tampoco dentro de la política y la relación bilateral que hemos establecido entre México y el gobierno norteamericano de una mejor vecindad, de una mejor relación, de una agenda multitemática, no sólo para la seguridad, sino hemos hablado de intercambios académicos, de inversión en infraestructura en la zona de la frontera para elevar la productividad de la región de Norteamérica. Es decir, me parece que esta actitud es completamente reprobable y tampoco resuelve un problema al que tenemos que hacerle frente de manera conjunta.

Los países de donde viene el origen de esta migración, sobre todo de los niños no acompañados, que viene particularmente de Centroamérica, que cruzan por nuestro territorio. Aquí estamos haciendo una tarea para darles atención a estos niños y llevarlos de regreso a sus lugares de origen. Pero quienes llegan a la frontera, me parece que deben tener un trato digno, un trato adecuado. Y de acuerdo con las políticas migratorias que tiene Estados Unidos, pero no, de ninguna manera, es el combatir este fenómeno migratorio que se ha incrementado en los últimos meses, con una Guardia Nacional en la frontera.

Aunque esto ocurrió apenas ayer (el miércoles), señor Presidente, ¿su gobierno , a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ya protestó por esta conducta del gobernador de Texas?

La hemos señalado y la hemos condenado, y hemos protestado a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, don Jacobo, porque, le repito, claramente atenta contra este clima de buena relación, de buena vecindad.

Y que yo creo que la relación entre México y Estados Unidos pasa por un buen momento. Es una relación en la que hay colaboración, en la que hay cooperación. Y hay que dejar en claro que ésta es una política aislada de un estado de la Unión Americana, que es el caso de Texas, donde el gobernador ha emprendido esta acción, que el gobierno mexicano ha condenado.

El nuevo aeropuerto

Señor Presidente, hablemos un poco del aeropuerto, del nuevo aeropuerto que se proyecta en la ciudad de México. En la licitación sobre los proyectos ganó una sociedad entre dos arquitectos, un mexicano y un inglés. Desde luego estoy totalmente de acuerdo en que se necesita un nuevo aeropuerto en la ciudad de México, es inevitable. El actual es insuficiente y defectuoso. Pero el arquitecto Norman Foster, que es uno de los que participan en la elaboración del proyecto triunfador, es muy buen arquitecto y muy malo para los números, señor Presidente. Cada proyecto que hace a veces cuesta el doble. El proyecto del aeropuerto en China costaba 2 mil 500 millones de dólares y subió a 4 mil millones. El aeropuerto en Heatrow costó mil millones de euros más, un edificio en forma de pepino que está en el centro de la Ciudad de Londres para oficinas. Además de su valor estético que es discutible, resulta que casi está en la quiebra actualmente. Entonces yo digo: ¿hay alguna fórmula de limitar el gasto? Si dicen que va a costar 169 mil millones de pesos, que es lo que se proyecta, ¿no nos vaya a costar el triple?

Mire, Jacobo, yo creo que primero hay que reconocer que México y la capital de nuestro país desde hace ya muchos años necesitaba de un nuevo aeropuerto. Porque esto limita el desarrollo que tenga nuestro país y que tenga la capital del país.

No es el aeropuerto sólo de la ciudad de México, es el aeropuerto de todo un país que se convierte en la principal puerta para ingresar al mundo, la principal puerta de ingreso a nuestro país, del mundo hacia México. Y es claro y evidente que el aeropuerto actual estaba ya limitado, saturado y que se había pospuesto por varios lustros, realmente la realización del aeropuerto.

Aquí hemos tomado una decisión responsable de emprender la construcción del aeropuerto en un proyecto que, reconocemos, altamente probable que no se concluya en esta administración, en la que habremos de arrancar la obra, la iniciaremos, y avanzaremos lo más posible. Pero la experiencia mundial en la construcción de un aeropuerto normalmente se señala que toma varios años más a los que restan a esta administración. Pero es una decisión impostergable, don Jacobo.

Ahora, hay que decir que el proyecto seleccionado, y del arquitecto Foster y el arquitecto Romero, que es su asociado en nuestro país. Ellos tendrán por responsabilidad el desarrollo del proyecto arquitectónico, no necesariamente de la construcción. La construcción es un proceso que habrá de licitarse a partir de tenerse el proyecto. Hoy lo que hemos conocido es el diseño, un diseño propio de un aeropuerto, pero ahora habrá que hacer todo lo que sigue a un proyecto, como el que ya hemos presentado, todos los elementos de toda construcción y los pormenores de toda construcción, que es el encargo que tiene este despacho.

Una vez que se tenga esto es entonces que habrá de licitarse y es difícil saber quiénes serán los responsables de la construcción de este proyecto, pero no será el despacho quien ha ganado el desarrollo del proyecto.

Esto es como cuando la construcción de una casa, don Jacobo, usted encarga el proyecto, los planos, el proyecto; y luego, usted decide, esto ya es una decisión personal, a quién le encarga la construcción de la casa. Igual ocurrirá en el caso del aeropuerto.

Y, evidentemente, un compromiso que hemos hecho y, además, creo que así obliga, es siendo el gran proyecto de infraestructura que este gobierno habrá de realizar, que se suma a varios más, en carreteras, infraestructura hidráulica. Mira, es un país, el nuestro, muy grande que demanda grandes obras. Y ésta, sin duda, será una de las grandes obras de infraestructura que corresponda a esta administración emprender y llevar a cabo.

Y obras de este tamaño deben estar, sobre todo, en un ejercicio muy transparente, muy abierto y muy público, para que haya un escrutinio, evidentemente, de toda la sociedad sobre el proyecto que se esté realizando, y así queremos hacerlo. Es así como habremos de llevar a cabo la construcción de este aeropuerto.

Pero, le reitero, es una necesidad, esto dará espacio a que se amplíe la capacidad de tener mayor número de visitantes, mayor número de turistas, un flujo mayor de las distintas regiones del país hacia la capital, que hoy está ya muy limitado, don Jacobo, y la saturación del aeropuerto, prácticamente ya hace inoperante o, más bien, ha llegado al máximo de la capacidad operativa del actual aeropuerto. Es muy probable que en los años inmediatos, antes de que entre en operación el próximo aeropuerto, mucha de la capacidad o incapacidad que tiene el aeropuerto, se derive a otros aeropuertos en la vecindad geográfica con la capital de nuestro país.

Una última pregunta, señor Presidente. Se han hecho en menos de dos años que usted está al mando del Poder Ejecutivo, 83 reformas a la Constitución, 81, no estoy muy seguro, no se ha reformado todavía el Artículo 83. ¿Observa usted la posibilidad de que se altere la limitación de que el jefe del Poder Ejecutivo sea reelecto o se alargue su periodo actualmente sexenal?

No, don Jacobo, no veo yo esa posibilidad, y menos en mi administración. Personalmente es más que pública mi posición sobre el tema. Nunca he estado muy en favor de la reelección, y menos en el caso del Ejecutivo.

Y mire, ahora que estoy al frente de esta responsabilidad he podido conocer los sistemas que se tienen en otros países, muy señaladamente los que hay en la región latinoamericana con la que podemos tener una mayor similitud y mayor empatía, y estoy convencido que el modelo y el tiempo que se tiene para el Presidente de la República en México es el adecuado. Si bien puede parecer insuficiente para hacer todo lo que se tiene que llevar a cabo, es un tiempo razonable y suficiente para así hacer mucho en favor del país.

Y mire, ya lo comentaba hace un momento, pocos países en el mundo, en la región latinoamericana, pueden presumir de haber tenido, hasta ahora, 80 años en los que cada de seis años ha habido una transición ordenada, pacífica, no exenta algunas veces de cierta efervescencia política, pero cada seis años en un clima de gran estabilidad política hemos tenido un relevo en la titularidad del Ejecutivo.

Ante esto, yo lo pondría como una evidencia más de no haber necesidad de alterar este clima y esta condición que tenemos en México.

Muchas gracias, señor Presidente. ¿Quiere usted agregar algo?

Don Jacobo, yo agradecerle este espacio. Decir que el gobierno de la República está comprometido para cumplirle a los mexicanos en las tareas que nos hemos propuesto llevar a cabo: de mejorar la calidad de vida a través de un gran proyecto de infraestructura en carreteras, en puertos, en escuelas, en hospitales, de los que di cuenta en mi segundo Informe de Gobierno.

Que se han llevado a cabo importantes reformas de carácter estructural que fortalecen las instituciones democráticas del país, que aseguran una mayor transparencia para los mexicanos, y que promueven y habrán de asegurar, de manera gradual, y los mexicanos sentirán estos beneficios, un crecimiento económico mayor y sostenido de ahora va hacia adelante.

Creo que éstas son buenas señales, el mundo reconoce lo que México ha hecho, porque contrasta con escenarios de otros países en los que no se han concretado reformas, aquí las ha habido. Y creo que esto da un piso distinto que permitirá que México tenga mayor crecimiento y prosperidad en los próximos años.

Muchas gracias, señor Presidente.

Don Jacobo, muchísimas gracias por esta oportunidad, y un gusto saludarle.



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