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"Mi hijo Antonio quería regresar a Michoacán"

Natalia Gómez, J. Jaime Hernández y Dalia Martínez / Reportera y corresponsales| El Universal
Sábado 14 de febrero de 2015

Video. El tiroteo en el que murió el mexicano ha levantado críticas del gobierno mexicano, testigos y familiares, por lo que quieren evitar que ocurra como en Ferguson, en donde la población protestó por el crimen de un joven afroamericano

DIÁLOGO. Familiares del mexicano abatido por agentes estadounidenses durante una reunión con la policía de Pasco, quien les asegura que se investigará el incidente y se hará justicia. (Foto: ALAN BERNER / THE SEATTLE TIMES )

Familiares aseguran que le dispararon a quemarropa y él no estaba armado

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En los últimos días de diciembre de 2014, Agapita Montes Rivera habló por teléfono con su hijo. Lo escuchaba decepcionado, triste. Su vida no tenía sentido desde que había perdido contacto con sus hijas. Su ex pareja no lo dejaba verlas. A esa tragedia se sumó la caída de las escaleras que tuvo en su trabajo donde podaba manzanas, en el último agosto. Se fracturó las manos.

“En diciembre él me dijo ‘mamá cuidate mucho. Yo, si Dios me lo permite, voy a hacer un dinerito, me voy a poner a trabajar y me iré para allá para estar contigo’”, platica vía telefónica Agapita Montes Rivera, madre de Antonio Zambrano Montes, quien murió a manos de la policía de Pasco, en el estado de Washington, el pasado martes.

La mujer viajará hoy a Tijuana para el trámite de la visa humanitaria y poder ver a su hijo por última vez. Lo traerá de regreso a México.

En el municipio de Tecomán, en el estado de Colima, donde vive, se enteró de la muerte de su hijo, a través de un video que se hizo viral y que reproducían los medios de comunicación: en él se observa cómo los policías le disparan al mexicano.

“Yo quiero justicia. Yo vi en la pantalla que él alzaba las manos pidiendo piedad y no la tuvieron, eso me duele mucho, y todavía tuvieron el descaro de que, ya caído, lo esposaron, eso es lo que más me dolió. Le tiraron de cerquita y miraron que no tenía arma, debieron de buscar otra forma de haberlo detenido y, si algo malo hubiera cometido, pues hay otros castigos, no así”.

Otra familiar, la más cercana en Estados Unidos, Martha Zambrano, ha visto, una y otra vez, las imágenes de su sobrino abatido por la policía de Pasco: “Creo que fue muy injusto. Ni siquiera a un animal se le puede tratar así”.

Antonio Zambrano Montes era un trabajador agrícola originario de Michoacán que, hace 10 años, llegó a Estados Unidos con la esperanza de forjarse un mejor futuro.

“Es curioso. Su último sueño era reunir dinero para regresarse a Michoacán con sus padres. Ahora, es posible que se cumpla su sueño...”, comenta durante una conversación telefónica.

“Este ha sido un caso de brutalidad policial. No un ataque racista. Lo he platicado con el jefe de la policía que nos ha prometido que se investigará este incidente y se hará justicia. Y nosotros le hemos dicho a nuestra gente que no ha sido un ataque racista. Porque la raza luego se pone brava y lo último que queremos es violencia”, añade Martha, quien hoy ecabezará una marchará para clamar justicia.

En 2014, Zambrano resultó convicto por un incidente con la policía. Lo arrestaron cuando golpeaba unos coches con una escoba e intentó quitar la pistola a uno de los agentes mientras se hallaba bajo los efectos de la droga. Este enfrentamiento con la policía le valió 6 meses en la cárcel.

“Yo supe que lo metieron a la cárcel y varias veces quise ir a visitarlo pero no me dejaron”, dice Martha Zambrano al corroborar la versión de la policía.

Su madre también supo de este arresto. Ella dice que su hijo “se tiró al vicio de decepción”, pero asegura que “si hubiera sido mi hijo muy malo y mereciera la muerte ni lo hubieran dejado salir”.

Las fuentes policiales aseguran que en 2006, la ex esposa de Antonio, Teresa Meraz Ruiz, interpuso una orden de protección para evitar que su esposo la siguiera hostigando y decidió trasladarse a California, donde vive con sus dos hijas. “Yo nunca supe si su mujer pidió una orden de restricción en su contra. Lo que sí sé es que decidieron separarse de mutuo acuerdo (...)”, comenta la tía de Antonio Zambrano.

“Pero yo sí quiero decir que mi sobrino no era violento. Era un hombre respetuoso, chaparrito y no escuchaba bien”, agrega, intentando entender la brutalidad con la que la policía procedió contra Antonio en las calles de Pasco. “Aunque llevara una piedra en la mano. Eso no es una razón suficiente para que te traten y te maten peor que a un animal”, sentenció.



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