Apenas unos segundos bastaron para que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, diera a conocer en el salón Miguel Hidalgo la renuncia del secretario de Seguridad Pública del DF, Jesús Rodríguez Almeida, quien horas antes había enviado la carta al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, nos dicen.

No hubo en el breve mensaje las razones para la separación de un puesto que pasa por la venia del presidente Enrique Peña Nieto.

Lo cierto es que Rodríguez Almeida estuvo en las últimas semanas en el centro del vendaval por dos hechos:

La incursión de granaderos en Ciudad Universitaria la noche del sábado 15 de noviembre, horas después de que un agente de la Procuraduría General de Justicia del DF disparó en el campus contra un alumno de la UNAM. Y la detención de jóvenes que supuestamente vandalizaron la noche del 20 de noviembre, al concluir una multitudinaria marcha por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Los policías actuaron bien, "le guste a quien le guste", declaró don Jesús.

¿Esos fueron los motivos de su renuncia?

No hay todavía una respuesta a la pregunta.

Solamente se sabe que Mancera y Rodríguez Almeida, amigos desde hace tiempo, estaban preparados para este momento, nos comentan.

El ex secretario de Seguridad Pública del DF es la segunda víctima de los jóvenes que se dicen anarquistas. El primero fue el general brigadier, Gustavo Ramírez Palacios, subjefe del Estado Mayor Presidencial, quien la noche del sábado 8 de noviembre defendió la puerta Mariana de Palacio Nacional, cuando embozados le prendieron fuego y que en días posteriores fue cesado de su cargo, nos recuerdan.