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WASHINGTON .— En una espiral de ataques contra la administración de Barack Obama por la crisis humanitaria de los niños que llegan desde Centromérica, el gobernador de Texas, Rick Perry, se sumó ayer a la petición de varios congresistas republicanos en la Cámara de Representantes para boicotear la ayuda que Estados Unidos canaliza a países como México y Centroamérica en caso de que no hagan lo suficiente para frenar el flujo de menores indocumentados que inundan su frontera.

“Yo sugeriría el enfoque diplomático haciendo uso de la ayuda exterior que destinamos a esos países”, seguró Perry.

“Básicamente les podríamos decir: ‘Vas a participar en la detención de este tráfico que viene a través de tu país, y si no lo haces, la ayuda financiera se va a detener’. Eso es un tipo boicot que yo apoyaría”, aseguró el gobernador de Texas.

Al respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México sólo respondió que ante la crisis la única vía de atención efectiva y humana es bajo el principio de corresponsabilidad, y que por ello mantiene un diálogo al más alto nivel con los gobiernos de Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y Honduras.

El gobernador de Texas también consideró que el presidente Obama debería visitar su estado para conocer de primera mano lo que está ocurriendo con la crisis de los niños inmigrantes.

“Si no viene a la frontera eso reflejaría su falta de interés por esta crisis”, añadió.

Con estas declaraciones, Perry se ha puesto en la misma frecuencia de un grupo de congresistas republicanos que han iniciado una campaña para boicotear los fondos de asistencia aprobados por el Congreso y que se canalizan a través del Departamento de Estado para financiar decenas de programas en materia de educación, promoción de la pequeña y mediana empresas, gobernabilidad, fortalecimiento de la seguridad y desarrollo económico y social, entre muchos otros.

El pasado lunes, el congresista por Texas, Randy Weber, introdujo una iniciativa para proponer la suspensión de ayuda a aquellos gobiernos del área Centroamericana y México que no contribuyan a la contención de la marea migratoria que ha desbordado los puestos fronterizos de Texas.

A la iniciativa de Weber se han sumado los congresistas por Texas, Pete Sessions y Steve Stockman, así como Steve Chabot, de Ohio, y Ted Yoho, de Florida.

La semana pasada, congresistas como Candice Miller, republicana por Michigan, llegó incluso al extremo de exigir al gobierno de Barack Obama amenazar a México con la revisión o el repudio incluso del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) si las autoridades no ponen fin al éxodo de familias indocumentadas que escapan de Centroamérica.

“México, que es nuestro vecino y uno de nuestros principales socios comerciales, se está comportando muy mal y de forma deshonesta. Se ha convertido en cómplice de este tráfico humano que viene desde Centroamérica”, acusó Miller.