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Chilpancingo, Gro.— La marcha-peregrinación que inició en la normal rural de Ayotzinapa, en la que participaron padres de familia, maestros, normalistas y congregaciones religiosas, culminó tras cuatro horas de caminata en una misa pastoral oficiada por sacerdotes y el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Alejo Zavala Castro, quien en su homilía llamó a la reconciliación y pidió a quienes se llevaron a los 43 normalistas “que los regresen con vida”.

El prelado dijo que los sacerdotes del obispado, al igual que los padres de familia de los normalistas “sentimos un dolor profundo por su desaparición”.

La misa inició a las 17:00 horas y culminó en el momento en que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, en conferencia de prensa daba a conocer su renuncia al cargo.

En torno a las declaraciones del padre Alejandro Solalinde Guerra, respecto a que los normalistas ya están muertos, dijo que desconocía si esto sea cierto, “pero confío en que estén vivos y que pronto aparezcan”.

En la marcha que inició a las 12:00 horas en la entrada a la normal, y que culminó pasadas las 17:00 horas, Rafael López Catarino, padre del normalista desaparecido Julio César López Patolzin, también pidió a quienes secuestraron a los 43 normalistas, entre ellos su hijo que va en primer año, “que me lo regresen con vida o que se atengan a las consecuencias”.

Lo anterior lo dijo después de expresar de que le dan dos días al gobierno federal para que les entreguen vivos a sus hijos, porque por el dolor, la angustia, la tristeza y el coraje, lo van a obligar a solicitar ayuda de otras personas, “para buscarlos y más les vale que no los hayan matado”, advirtió el padre de familia en entrevista.

Sin embargo, añadió que él y el resto de los padres de familia abrigan la esperanza de que estén con vida, porque sin precisar fecha, hubo una llamada de auxilio de los normalistas desaparecidos que según se encontraban en un rancho, sin precisar en qué lugar.

Sin embargo, mencionó que también han recibido llamadas de que sus hijos ya no están vivos.

López Catarino pidió a los presuntos secuestradores del grupo criminal Guerreros Unidos, que acepten los 64 millones de pesos que está ofreciendo el gobierno federal como recompensa.

“No sé quiénes los hayan desaparecido. No estoy enterado de las declaraciones de Solalinde ni estoy seguro de que esa noticia sea cierta. No tengo noticia cierta. Confío en que estén vivos, por eso fue esta misa en la que pedimos que estén vivos y que aparezcan pronto. Es un dolor grande el que sentimos por su desaparición como todos los papás y sus familiares. Tenemos esperanza y pedimos a los que se los llevaron que los regresen con vida”.