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Tenía en su poder una subametralladora 9 milímetros —conocida como UZI— y una pistola reservada al uso del Ejército, con cartuchos útiles, pero Dionisio Loya Plancarte, alias 'El Tío José', uno de los narcotraficantes más buscados del país, decidió no enfrentar al comando del Ejército que fue por él y optó por esconderse en un clóset. Ahí fue donde los militares lo capturaron, sin encontrar la menor resistencia.

El segundo en el mando del cártel de Los Caballeros Templarios fue sorprendido prácticamente solo. Únicamente lo acompañaba uno de sus sicarios, un joven que asegura tener 16 años de edad, quien también buscó refugio en el clóset, junto a su jefe, en un intento por eludir a los soldados, quienes irrumpieron en la vivienda ubicada en una zona popular de Morelia, Michoacán.

Pocos podrían imaginar que uno de los capos por los que se ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos por su captura, fuera el hombre que ocupaba la casa ubicada en la calle Margarita Maza de Juárez de la populosa colonia Felicitas del Río, próxima a la autopista Guadalajara-Morelia.

Autoridades federales detallaron así que labores de inteligencia militar llevaron a ubicar el paradero de 'El Tío José', en la capital michoacana, donde el narcotraficante buscó pasar desapercibido, con un bajo perfil.

Sólo escogió a uno de sus más jóvenes colaboradores para acompañarlo, “como si fuera su hijo”, comentaron las autoridades consultadas; pero a pesar de sus intentos por pasar desapercibido, el Ejército logró vulnerar su “fachada” de vecino común.

El operativo se realizó a las 5:30 horas. Se eligió la madrugada, pues a pesar de que Loya Plancarte no tenía un gran aparato de seguridad a su alrededor, las autoridades lo tenían clasificado como un hombre peligroso y no descartaron la posibilidad de que estuviera armado.

Y así fue. 'El Tío José', además de tener una UZI para su protección, también fue detenido en poder de una pistola calibre 38 súper, reservada al uso de las Fuerzas Armadas.

Pero a diferencia de otros capos, él prefirió esconderse en el clóset, antes que enfrentar al grupo especial que iba decidido a asestar uno de los golpes más importantes —hasta ahora— dados a la estructura de Los Caballeros Templarios . Sabía que estaba perdido, su guarida fue descubierta.

Las fuentes indicaron que los militares buscaron al capo por varios minutos en la casa, no había duda de que ahí estaba, por lo que revisaron el clóset, donde lo encontraron junto a su sicario.

Ambos fueron trasladados vía aérea a la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SEIDO) en el Distrito Federal, donde son interrogados.

Al presunto sicario además se le practican estudios periciales para determinar si es menor, “pues aparenta mayor edad”, pero de confirmarse que tiene 16 años como aseguró tras su detención, será enviado al tutelar de Morelia, ya que también tenía un arma corta al momento de su captura.

Con la aprehensión de Loya Plancarte queda sólo por arriba de él en la línea de mando del cártel, su líder operativo y moral, Servando Gómez Martinez, alias 'La Tuta' o 'El Profe'.

Se trata de uno de los siete cabecillas que las autofedensas en Michoacán exigieron que el gobienro federal capturara, y uno de los cinco líderes identificados por la Procuraduría General de la República (PGR) como claves en el cártel.

Sobre su aprehensión, Monte Alejandro Rubido, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, destacó en conferencia que la captura del jefe templario se logró sin ningún disparo en el operativo.

Dijo que se le adjudica dar a conocer las actividades de su grupo delictivo en redes sociales y amenazar a sus adversarios en Michoacán. Se le vincula con 14 expedientes por su probable participación en delitos contra la salud, delincuencia organizada y lavado de dinero; además de que fue detenido en flagrancia y con armamento.