Reformas, sello de Peña Nieto: expertos

IMAGEN. Analistas aseguran que, en materia política, el presidente Enrique Peña Nieto inició su mandato generando buenas expectativas con la incorporación de la oposición a la toma de decisiones vía el Pacto por México. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
francisco.resendiz@eluniversal.com.mx
El presidente Enrique Peña Nieto transitó durante su primer año de gobierno en medio de una intensa negociación política, la detención de Elba Esther Gordillo, el bajo crecimiento económico, una emergencia nacional, movilizaciones magisteriales y la recomposición de la relación de México con las principales potencias del mundo.
Para académicos y politólogos como Sara Sefchovich, Rolando Cordera, José Antonio Crespo y Ernesto López Portillo, los primeros 12 meses de la administración del presidente Peña fueron de la generación de grandes expectativas a un escenario de necesidad de ajustes.
Coinciden en que el sello del primer año de este gobierno fue la consolidación, mediante acuerdos construidos con las principales fuerzas políticas en el Pacto por México, de reformas estructurales en sectores estratégicos como la educación, las telecomunicaciones, la competencia económica, el ámbito financiero y fiscal.
Coinciden que los negativos fueron el bajo crecimiento económico, los altos índices de violencia en diferentes zonas del país, las afectaciones por los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel a las finanzas nacionales, las movilizaciones magisteriales, así como el desencuentro político en torno a dos reformas clave para el sexenio: la energética y la hacendaria.
A lo largo de estos 12 meses, el primer mandatario del país ha realizado 300 actos públicos a lo largo del territorio nacional. Entre otras acciones ha promulgado la reforma educativa, se ha reunido con todos los sectores productivos y con ONG, y fijado nuevas estrategias de seguridad, para el desarrollo del campo y contra la pobreza, el hambre y la marginación.
Durante este año, el Ejecutivo se ha apoyado en políticos experimentados en el Congreso de la Unión, como el diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa, así como dos de sus principales colaboradores: Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray, secretarios de Gobernación y Hacienda, respectivamente, para impulsar las reformas.
Respecto a su actividad internacional, recibió las visitas de Estado de los líderes políticos de Estados Unidos, China, Irlanda, Nueva Zelanda, Portugal e Israel, y realizó visitas a Chile, Uruguay, Costa Rica, Colombia, Perú, Haití, Costa Rica, Panamá, Venezuela, China, Japón, Italia, Gran Bretaña, Irlanda, Rusia e Indonesia.
José Antonio Crespo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), subraya que, en materia política, el presidente Peña Nieto inició su mandato generando buenas expectativas con la incorporación de la oposición a la toma de decisiones vía el Pacto por México.
Indica que el Pacto fue bien recibido, salvo los grupos más radicales de los partidos de oposición, propició un buen ambiente de acuerdos y, con ello, se concretaron reformas estructurales importantes como las de telecomunicaciones y educativa; “pero las cosas se han venido descomponiendo”, advierte el especialista.
Subraya que la reforma fiscal alejó de Peña a grupos que lo apoyaban abiertamente como los empresarios y las clases medias. Y no se ve muy claro —puntualiza el analista— que la reforma energética le pueda devolver ese apoyo.
Señala que los consensos que el Presidente quiere mantener a toda costa se han ido rompiendo y la propia reforma educativa, debido a la movilización del magisterio y la actitud de complacencia del gobierno, le ha quitado apoyo ciudadano.
José Antonio Crespo advierte que la seguridad se mantiene como un tema importante, pues no se ha podido reducir la violencia: “No se tiene clara cuál es la estrategia de Peña Nieto, si es diferente a la de Felipe Calderón, y los resultados están ahí, con niveles altos de violencia que no se han podido disminuir”.
Por su parte, Rolando Cordera, economista y profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, considera que, en materia económica, el gobierno del presidente Peña “subestimó” durante su primer año de ejercicio las tendencias declinantes en la actividad económica que se venían presentando desde 2012.
“No se actuó en consecuencia con el resultado, ya nadie pone en duda que este año la economía habrá crecido en torno al 1%, por debajo del crecimiento de la población, por debajo de lo que la sociedad mexicana requiere en materia de empleo”, expuso.
Y advierte: “No es fácil salir al paso de tendencias recesivas como las que se apoderaron de la economía mexicana, pero pues se pudo haber esperado que actuarán con mayor oportunidad y mayor firmeza y no lo hicieron, esperemos que, como han prometido, hubiese una acción positiva del gobeirno cuando empiece 2014 para evitar que esto se vaya a agravar”.
Coincide con Crespo en que el Pacto por México generó muchas expectativas que, ahora —afirma—, están siendo revisadas porque las reformas hacendaria-social y la energética tuvieron reacciones que no estaban previstas en cuanto a su profundidad y agresividad.
“La (reforma) hacendaria nos dio una lección del conservadurismo que priva en México y de la capacidad que tienen los grupos empresariales para oponerse y definir por la vía mediática una realidad que no corresponde con sus intereses”.
Cordera afirma que se trató de un año que arrancó, para muchos, con grandes esperanzas pero que ahora dichas esperanzas deben pasar por el tamiz de una cruda realidad en materia económica y una incierta realidad política sobre si se podrá mantener el concierto que se logró con las principales fuerzas políticas del país.
En materia de seguridad Ernesto López Portillo, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia, advierte que especialistas y sociedad celebraron el anuncio del gobierno federal para fortalecer la prevención del delito, lo que califica como “un acierto mayor” al igual que la coordinación.
“Todo indica que lo que el gabinete del presidente Peña Nieto encontró fue una administración pública federal no sólo fragmentada sino incluso confrontada. Celebramos la intención clara, en el terreno operativo, de generar un esquema de coordinación y eficacia a nivel nacional”, menciona.
El experto indica que se observan preocupaciones por una fractura entre la operación de la Comisión Nacional de Seguridad, a cargo de Manuel Mondragón, y la Subsecretaría de Prevención, a cargo de Roberto Campa.
“Observamos que no existe un programa nacional de seguridad ciudadana que incluya a estos dos brazos y que los articule en un modelo de política pública homogéneo que reúna las capacidades de prevención y de la policía en un mismo programa, no lo observamos, vemos una fractura entre la operación de la Policía Federal y la promoción de la prevención”.
Agrega que otra preocupación es que no se ha cumplido con la promesa de crear el auditor externo de la Policía Federal, así como la militarización de la seguridad pública. Lamenta que no haya un organismo autónomo que evalúe el desempeño del gobierno federal en la materia.
“Parece que el presidente Peña ha decidió continuar con la historia de sus antecesores, en particular de Felipe Calderón, aceptando que el Ejército continúe realizando labores de despliegue, de intervención permanente, en el combate a la delincuencia organizada; es una señal grave, contradictoria, cuando el Presidente nos ofrece una reforma integral y, aparentemente, ahora sí, de la PGR”.
Sara Sefchovich, escritora, historiadora e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, sostiene que en la cotidianidad de la operación del gobierno de la República se advierte “el regreso del PRI” y que, a un año del arranque de esta administración, no existen cambios.
“Estamos viendo que avientan una cantidad de reformas supuestamente estructurales y profundas y no se sabe qué son, terminan por ser una miscelánea con un montaje de pedacería que sirve para que tengan más dinero sin que beneficien al ciudadano”, afirma.
Dice que Peña ha tenido en su contra, “además de la vieja forma de funcionar”, lo que ocurrió en las inundaciones, huracanes y frentes fríos. Advierte que parecía que se cambiaría la forma de colocar el dinero pero ahora no se sabe si realmente sucedió así “porque si se escucha a los ciudadanos parece que las grandes promesas se quedaron en eso”.
Sostiene que hay menos información que la que podría esperarse en un momento histórico como es la segunda alternancia en la Presidencia de México.
En cambio, afirma que hay mucho ruido discursivo, tanto del lado oficial, como de sectores ciudadanos que se quejan.
“No sabemos lo que está pasando, pero es increíble que a un año de distancia todavía no veamos con claridad la diferencia entre el discurso y la promesa y lo que realmente está pasando y con el verdadero cambio que han propuesto”.
La experta afirma que en materia social y de asistencia pública no se han registrado cambios importantes. Hace notar que la Cruzada Nacional Contra el Hambre parecía un programa fuerte pero que al final Rosario Robles, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, se enfocó en Guerrero por la tragedia que se registró en esa entidad a causa de las lluvias.
“Vimos entrar un joven con mucha energía, con un gabinete muy bien organizado entre los que tenían la experiencia y los que tenían la energía y las buenas ideas, pero un año después no parece que suceda y las situaciones están peor”.
Sefchovich señala que las reformas deberían traducirse en hechos y lamenta la falta de información sobre acciones de gobierno: “A lo mejor están haciendo cosas maravillas con la gente que quedó sin casas, sobre la gente damnificada, pero nada de eso se ve y eso hace suponer que no pasa nada”.





