La familia que nunca llegó a Acapulco
Video. Cuando viajaban hacia Acapulco seis integrantes de una familia murieron sepultados por un alud en la autopista de El Sol como consecuencia de los trágicos eventos que ha dejado la tormenta ´Manuel´
ADIÓS. Cuando viajaban hacia Acapulco, Diego Gutiérrez y su esposa Adelaida Robles, de 70 años, junto con su hija Eva y sus nietos Daniela, Roberto y Lizbeth, murieron enterrados por un alud. Ayer fueron sepultados en San Pedro Tultepec. (Foto: JORGE ALVARADO EL UNIVERSAL )
Video. La familia que nunca llegó a Acapulco
LERMA, Méx.— Diego Gutiérrez y su esposa Adelaida Robles, ambos de 70 años, viajaban hacia Acapulco, Guerrero, para pasar el fin de semana junto con su hija Eva, de 50 años, y sus nietos Daniela, Roberto y Lizbeth, cuando en el kilómetro 350 de la autopista de El Sol, miles de toneladas de piedra y lodo les cayeron del cielo intempestivamente, haciendo volcar la unidad, donde murieron instantáneamente.
La noticia en su pueblo de San Pedro Tultepec se supo hasta el sábado, cuando autoridades de Acapulco le llamaron a los hijos de Eva para informarles que su madre, sus abuelos y primos estaban muertos, como consecuencia de los sucesos que ha dejado la tormenta tropical Manuel a su paso por el litoral mexicano.
Los cuerpos de los integrantes de la familia Gutiérrez Robles fueron trasladados, procedentes del aeropuerto de Acapulco este miércoles, luego de intensas y desesperadas gestiones de los nietos y hermanos de la anciana pareja ante el Ejército y la Secretaría de Marina, para proporcionar unidades aéreas y trasladarlos a la ciudad de México, de donde posteriormente fueron traídos por vía terrestre hasta su pueblo.
Preparan funerales
De acuerdo con el hijo menor de Eva, Abraham, la familia tenía planeado regresar el lunes temprano para unirse al recalentado de la cena organizada por el Grito de Independencia, pero no fue posible, para entonces estaban enterados del accidente y se preparaban para rea lizar los funerales.
Por eso, los vecinos dicen que la tormenta tropical Manuel apenas está pasando por San Pedro, ya que la tragedia dejó al menos cuatro hogares enlutados, la de los abuelitos Diego y Adelaida; la de Eva, quien deja huérfanos a sus hijos Abraham, Erick y Alain; el de los hermanos Daniela y Roberto, de 14 y 11 años edad, respectivamente, y el hogar de su primita Lisbeth Gutiérrez Gutiérrez, de sólo 13 años de edad.
Este jueves el pueblo entero se volcó en el Camposanto para acompañar a las familias. Con coronas, flores blancas para Eva, globos para los niños, rosas para doña Adelaida y una banda de música para don Diego, despidieron a los Gutiérrez. Compañeros de la escuela de Lizbeth, Roberto y Daniela, acudieron uniformados para darle el último adiós a sus compañeritos y el pésame a sus padres.
“Es una gran tragedia para el pueblo”, no dejaban de comentar los vecinos, mientras caminaban lentamente detrás de los seis féretros. La marcha fúnebre y el sepelio provocó que todas las actividades de este pueblo —dedicado a la elaboración de muebles de madera— se suspendieran durante diversas horas, con el propósito de acompañar a los deudos.
En el camposanto, un mariachi, integrado por vecinos de San Pedro, cantaron varias piezas de José Alfredo Jiménez y luego Las Golondrinas, se dejaron escuchar cuando los seis féretros comenzaron a bajar al fondo de la sepultura. Minutos después, con palabras entre cortadas, don Abraham, yerno del señor Diego, agradeció al pueblo su solidaridad y les solicitó acudir a su casa para compartir con ellos algo de comida y de su pena.