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Las fallas estructurales de México demandan cambios institucionales que hacen imposible resolver el problema de seguridad a corto plazo. Por ello, si bien en el gobierno de Enrique Peña Nieto hay un cambio de estrategia, aún no ha dado resultados; subyace la violencia y estados como Michoacán y Guerrero son evidencia de que el fenómeno es latente, y hasta casos como el del Bar Heaven en el DF son síntomas de alerta.

Este es el diagnóstico de seis reconocidos expertos que advierten, incluso, que fenómenos como las autodefensas son muestra del problema de seguridad del país; aunque reconocen avances como una mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno o el esfuerzo por reestructurar a la Procuraduría General de la República (PGR), ante desafíos como el nuevo sistema de justicia penal adversarial, pero la mayoría critica la aplazada Gendarmería Nacional.

Diego Valadés, constitucionalista y ex titular de la PGR; Alejandro Gertz Manero, ex jefe de la Secretaría de Seguridad Pública federal; Samuel González Ruiz, ex fiscal antidrogas y quien fuera consultor de Naciones Unidas; Jorge Chabat, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE); Gerardo Rodríguez, experto en seguridad nacional y terrorismo, integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), y Sergio Bárcena Juárez, profesor del Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales del Tecnológico de Monterrey realizaron su diagnóstico previo al Primer Informe de Gobierno.

En su análisis, Diego Valadés destacó que “la magnitud del problema de seguridad y de justicia que se acumuló en los lustros anteriores era de tal tamaño que resulta imposible tener resueltos los problemas en el curso del primer año de un nuevo gobierno”, aunque reconoció que se debe dar tiempo a las autoridades para concretar los cambios institucionales como la reestructura de la PGR, no advierte todavía un cambio de estrategia respecto a los gobiernos anteriores.

Dejó en claro además que aunque en el discurso oficial se maneja la reducción de la violencia como un logro, “no hemos visto decapitados, pero eso no se puede considerar como un signo de avance, porque por otro lado estamos viendo muchos desaparecidos, como en el caso Heaven; el fenómeno que está multiplicándose de los grupos de autodefensa y que hacen públicamente alarde de su capacidad de armamento y su disposición de enfrentarse inclusive a la autoridad, de manera que también están apareciendo otros signos que resultan altamente preocupantes”.

Consideró que “el hecho de que sepamos que en el país hay espacios territoriales que están sustraídos a la acción de la autoridad, indica que pueden estar variando las formas de comisión del delito, pero que de todas maneras traemos un déficit de gobernabilidad muy profundo”, pues de fondo “hay un problema estructural del Estado mexicano y se debe reconstruir el aparato institucional del país”.

Gertz Manero destacó que tampoco ve un cambio de estrategia: “Es más de lo mismo, pero con menos enfrentamientos, la delincuencia no ha bajado aunque la violencia sí es menos notoria”. Las autoridades “calcularon que si le bajaban a la confrontación y a la apología de los hechos violentos esto iba a bajar la presión desde el punto de vista mediático, en algunos aspectos sí se logró, pero finalmente hemos visto que en Michoacán y en Guerrero, y ahora incluso en la Ciudad de México, lo estamos viendo en distintas partes del país, vuelven a explotar los mismos fenómenos delictivos que subyacen”.

Indicó que “hay un problema de fondo, no se puede reestructurar un sistema creyendo que cambiando la imagen del sistema éste va a cambiar, no es un cambio de imagen o impresiones, es resolver un problema de fondo y no veo las condiciones para que eso se dé”.

Por su parte, Samuel González consideró que sí hay un cambio de estrategia “que es fundamentalmente entender la complejidad del fenómeno, que no se puede basar todo sólo en la represión, que la prevención ocupa un lugar fundamental en la lucha contra la delincuencia organizada y que si bien todavía no hay resultados tangibles y concretos, el elemento central que se está ganando mejor es la coordinación, en eso sí se ha avanzado”.

Dijo que en el momento que vive el país es necesario que los estados, los gobernadores también asuman el compromiso de combatir la delincuencia en serio y no dejarlo todo al gobierno federal.

Los reportes oficiales indican una reducción de 20% en los homicidios en México; mientras que 62 de los 121 delincuentes más buscados del crimen organizado han sido detenidos o abatidos, aunque se desconocen sus nombres, nivel de mando y organización a la que pertenecían, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan que durante los primeros ocho meses de la administración en todo el país se iniciaron un millón 98 mil 894 denuncias por delitos del fuero común.