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LÁZARO CÁRDENAS, Mich.— El convoy avanza por una brecha de Barranca Seca cuando es frenado por una ráfaga de AK-47, proveniente de la nada. Al lado está la ladera del monte llena de matorrales y árboles. Los federales descienden de las camionetas y se resguardan a los costados. “Rocíalos, rocíalos”, ordena uno de ellos a su compañero, que está tirado pechotierra con una ametralladora Imi Negev, capaz de disparar hasta mil 500 tiros por minuto.

Esta es una escena de los enfrentamientos entre fuerzas federales y criminales en la zona del Valle de Apatzingán y Tierra Caliente.

Se trata de un video de aproximadamente un minuto, grabado por policías federales, durante un enfrentamiento sostenido el 22 de julio entre integrantes del crimen organizado y elementos desplegados en la entidad.

El convoy integrado por tres unidades, está detenido sobre el camino de tierra, sólo hay monte y despeñadero, no queda más que enfrentar a un enemigo prácticamente invisible, que conoce el terreno, que se esconde, y aprovecha lo agreste de la zona para disparar contra los uniformados.

En la imagen sólo se distinguen tres de los elementos —encapuchados—, que repelen la agresión, que se defienden pertrechados detrás de sus unidades, y disparan contra un blanco impreciso, sólo su entrenamiento puede hacerlos sobrevivir.

Los tiros de ráfagas se escuchan a lo lejos, los federales contestan los balazos hacia la loma sin saber de donde provienen. El video, muestra cómo Los Caballeros Templarios realizan las emboscadas en las brechas que conducen a los ranchos en lo alto de la sierra.

Búsqueda en la sierra

La semana pasada los enfrentamientos entre la Policía Federal y los integrantes de Los Caballeros Templarios en los municipios de Lázaro Cárdenas, Los Reyes, Arteaga, Aquila, Coahuayana y Buenavista Tomatlán, cobraron la vida de 29 personas, entre las que están cuatro elementos federales.

De acuerdo con mandos federales, los ataques que se han registrado contra el personal desplegado en la entidad, se deben a lo agreste del terreno y a que la búsqueda de los criminales se ha extendido por brechas en medio de la Sierra Madre Occidental.

“De manera cobarde los criminales nos tiran desde los montes y por desgracia no tienen el valor para enfrentarnos de frente”, refiere un elemento que ha participado en el avance de las fuerzas federales en estas últimas semanas.

El clima ha jugado otro papel decisivo en el despliegue de las fuerzas federales, ya que la altura de estas comunidades enclavadas en lo alto de las montañas es de difícil acceso para los helicópteros Black Hawk, que debido a la nubosidad son imposibilitados para volar, lo que es aprovechado por los criminales para atacar a los elementos desplegados por tierra.

Aunque se advierte que “los enfrentamientos que ha habido hasta este momento entre la Policía Federal y los miembros del crimen organizado son con las fuerzas dispersas que Los Templarios tienen en el territorio. En realidad ni las fuerzas federales ni el Ejército se han enfrentado todavía a lo que es la fuerza de élite de ellos, que tienen misiles, lanzagrandas, morteros y contra eso todavía no se han enfrentado”, asegura Jorge Vázquez Valencia, líder del grupo de autodefensa que combate también a los criminales en la zona.

A las condiciones adversas del terreno donde se ha extendido la cacería de los integrantes de esta organización, se suman los anillos de seguridad de Los Caballeros Templarios, que incluyen la colaboración de algunos habitantes de comunidades y poblados donde se han registrado enfrentamientos en los últimos días.

Entrenamiento de sicarios

La organización criminal cuenta con personas que han recibido adiestramiento incluso por parte de extranjeros, en ranchos de la zona. Uno de los sujetos encargado de esta preparación es conocido como El Gato Colombiano.

“Ahí son tres meses de entrenamiento; ahí solo vemos películas y lo que ves en las películas lo tienes que hacer. Nos entrenan para tirar balazos y para todo. Los que pasan el entrenamiento son los que portan los rifles ‘FAL’. Ellos tiran balazos desde lejos. El Gato Colombiano es el que les da el entrenamiento especial y les enseña a detonar el mortero, eso es como una zanahoria a la que le pegan y avienta todo, y cuando cae, expande toda la lumbre, es como un misil”, explica un ex integrante de Los Templarios.

Uno de los lugares donde son entrenados es propiedad de Nazario Moreno, conocido como El Chayo o El más loco, quien según el gobierno federal murió en un enfrentamiento con fuerzas federales en diciembre de 2010, y quien fungió como líder de la organización.

“El rancho está en una parte que le llaman Las Enramadanas, donde se juntaban Don Arlomo, Ponciano, Quique, La Tuta y El Chayo. Ahí nos ponían todos en rueda. Tan solo Don Arlomo quería reclutar 300, llevan como 125 personas reclutadas, cada uno tiene su ejército”, comenta el ex integrante de la organización.