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Expertos académicos consultados por EL UNIVERSAL aseguraron que las cifras de pobreza en México reflejan el alto grado de marginación y disparidad en los ingresos del país y advirtieron de los riesgos de seguir dependiendo de las transferencias económicas, que sólo “matizan la pobreza”.

José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, aseguró que las cifras de pobres por ingreso son aún mayores, ya que se considera que 61.4 millones de mexicanos no cuentan con salarios suficientes para cubrir sus necesidades básicas.

El investigador dijo que las transferencias económicas y programas como Oportunidades sólo “alcanzaron a matizar la pobreza, pero no la detuvieron, a pesar de los recursos extraordinarios con los que contaron”.

De la Cruz agregó que “dependemos cada vez más de los programas sociales, reflejo de que el modelo económico no está funcionando, porque aunque se destinan mayores recursos la marginación sigue avanzando”.

En entrevista para este diario, explicó que la medición multidimensional —como la que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)— subestima el deterioro que la economía tiene sobre la vida diaria de los mexicanos.

“La parte multidimesional presenta la repercusión de los programas sociales que contienen la pobreza, para eso están diseñados, pero no la resuelven”, dice.

Rosa María Rubalcava, académica de El Colegio de México, explicó que desde el inicio de Progresa no se tenía pensado que los apoyos fueran de largo plazo y añadió que al programa le ha faltado la inclusión productiva. “Oportunidades por el tamaño que tiene como programa es una ayuda que se muestra en las cifras; finalmente el programa ha hecho su parte, pero desde que se propuso la idea era vincularlo con proyectos productivos y eso todavía no se ha podido”, lamentó.

María Enriqueta Zepeda Ruiz, directora de la Organización Incide Social, señaló que “las cifras son muy preocupantes, pero en su momento hay que exigirle al gobierno que rediseñe las reformas estructurales, porque así como las está planteado no es la solución para combatir la pobreza”.

“El crecimiento como está planteando el gobierno no asegura que la pobreza vaya a disminuir; seguir manteniendo estos subsidios no mejora. Lo que se requiere es darle capacidades a los más desfavorecidos, para que, con una política social realmente redistributiva, con herramientas más sustentandas, sobre todo a niños y jóvenes, puedan seguir una vida útil”.