Todas las bodegas hacen de su cava un lugar único, extraordinario, para que el vino sea algo perfecto, pero hay una en especial, ubicada en el corazón del Valle de Itata, en Chile, la cual ha encontrado un lugar fuera de lo común para que su bebida sea algo excepcional, debajo del mar.

Las jaulas que utilizan los pescadores para atrapar a sus presas, han sido la bodega ideal para instalar una cava de vinos, misma que da reposo a dos mil botellas del néctar de la vid, las cuales son acariciadas por las corrientes del Humboldt por un periodo de seis meses.

Viña Casanueva es la bodega chilena que, a  través de la innovación, ha desarrollado una nueva e importante forma de dar valor a lo mejor de su producción.

Estos viñedos aprovechan las bajas temperaturas que ofrece la naturaleza de la zona para producir sus "vinos fríos", que fueron sepultados bajo el manto marino de esta región.

Un proyecto con éxito

Ante el éxito que han alcanzado sus botellas añejadas bajo el mar, Viñas Casanueva, ahora tiene el proyecto de mantener unas seis mil botellas en contenedores ubicados frente a Chome.

Felipe Pincheira, enólogo de la Casa, ha declarado que las cavas submarinas no sólo destacan por ser algo diferente, sino que su forma de maduración sí influye en su sabor y en su aroma.

Para respaldar esta afirmación, la Universidad del Bío-Bío hizo una comparación entre botellas reposadas en distintas profundidades y tiempos de reposo, y los puntos más notorios fueron a nivel de aromas y polifenoles.

 “El vino se equilibra y alcanza mejores notas, es menos astringente, con aroma a frutos rojos y con mejor permanencia en boca" asegura.

En la actualidad, las bebidas de uva  chardonnay, Pinot o Sauvignon Blanc, esperan su maduración debajo del mar.