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Petróleos Mexicanos (Pemex) dejará de bombear gasolinas y diésel para consumo final a la través de la extensa red de ductos que opera el área de refinación (14 mil 182 kilómetros), con el propósito de desalentar la ordeña de ductos por parte del crimen organizado.

La empresa productiva de Estado decidió cambiar su estrategia de transporte de combustibles por ductos y que ahora sólo enviará a través de esa red productos “no terminados”, que requieren un mezclado final y no son aptos para su uso en vehículos automotores ni en procesos industriales.

La mezcla final se llevará a cabo directamente en las 77 terminales de almacenamiento y reparto de Pemex, de donde saldrán los productos para consumo final, en estado puro.

Por ello, recomendó a los millones de usuarios asegurarse que las gasolinas (en sus dos tipos Magna y Premium así como diesel) que les sean suministradas provengan de dichas terminales de Pemex, y no adquirir combustibles en instalaciones diferentes a la gasolineras que pertenecen a la Franquicia Pemex o distribuidores autorizados, “ya que al no estar concluido su proceso, pueden dañar los motores”.

Otra de las recomendaciones es que los clientes soliciten su comprobante de pago en la estación de servicio.

El mensaje está dirigido al transporte público federal de pasajeros y carga, así como de particulares que adquieren combustibles en locales clandestinos en carreteras y en áreas conurbadas de las principales ciudades del país.

Pemex señaló que la medida busca evitar la ordeña de combustibles en ductos, toda vez que la perforación ilegal de tubos por donde se trasporta gasolina Magna y Premium así como diesel estaba alcanzando nivel que ponen en riesgo la seguridad nacional.

Tan sólo al cierre del 2014, de acuerdo con el Subdirector de Distribución de Pemex Refinación, Francisco Fernández Lagos, la empresa registró 4 mil 127 tomas clandestinas en ductos y que le cuesta a la empresa casi 19 mil 417 millones de pesos anuales.

Actualmente, 8 de cada 10 litros de gasolinas que se transportan a todo el país se bombean a través de ductos y el valor comercial asciende a poco menos de 428 mil millones de pesos.

Fernández Lagos explicó que entre la importación y lo que se produce en el país, “transportamos casi un millón 200 mil barriles diarios de gasolinas, además de otro millón 200 mil barriles de petróleo crudo”.

Los tramos de mayor incidencia por tomas clandestinas son: Minatitlán-México; Salamanca-Guadalajara; Madero-Cadereyta; Topolobampo-Culiacán; y, Salamanca-Aguascalientes-Zacatecas.

Sin embargo, la nueva estrategia de Pemex no aclara qué va a pasar con las gasolinas y diésel que llegan de importación por el Golfo de México, concretamente a la Terminal Marítima de Tuxpan, desde donde se distribuyen por poliducto a la Ciudad de México y las Refinerías de Tula y Salamanca.

También son enviadas a Madero desde donde salen por autotanques y carrotanques a San Luis Potosí, Querétaro y Tula. En diciembre de 2014, por ejemplo, se distribuyeron 387 mil barriles diarios de gasolinas y 254 mil barriles al día de diesel.

Incluso prevén que la participación de importaciones en ventas nacionales superen 50% en los próximos años.

El problema es si estos productos llegan en estado puro y no requieren ser mezclados, lo que podría llevar a que el crimen organizado se concentre en los poliductos que transportan petrolíferos de importación.