Afectación económica, de ocurrir sismo similar al del 85
DAÑOS. Según el informe del Comité de Reconstrucción del Área Metropolitana de la Ciudad de México, el sismo de 1985 afectó a 12 mil 747 inmuebles, de los cuales 65 % eran de uso habitacional . (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
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De ocurrir un sismo similar o mayor al del 19 de septiembre de 1985, las consecuencias económicas y financieras para nuestro país podrían ser catastróficas en las condiciones actuales, debido, en gran parte, a la falta de previsión de que se tiene para afrontar este tipo de fenómenos desde el punto de vista monetario.
Expertos entrevistados por EL UNIVERSAL consideraron que en el aspecto de protección civil el país y la sociedad han alcanzado avances significativos, no así en las previsiones financieras para paliar un gran impacto a la economía nacional por un desastre sísmico, falta mucho por hacer.
Según el informe final del Comité de Reconstrucción del Área Metropolitana de la Ciudad de México creado en 1985 para atender los efectos del sismo, se afectaron 12 mil 747 inmuebles de los cuales el 65% eran de uso habitacional, el 20% comercial y oficinas y el 13% educativos. El impacto económico total de ese sismo fue de casi 500 millones de dólares, comentó Luis Álvarez Marcén, director de daños de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
"Por todos los daños que hubo, derivados de los sismos ocurridos en México el jueves 19 y viernes 20 de septiembre de 1985 se pagaron alrededor de 470 millones de dólares, si eso lo exponenciamos sólo con la inflación de casi 30 años obtendríamos una cifra exorbitante, más de 46 mil millones de dólares".
Ese cálculo, dijo el también actuario, proviene sólo del cálculo de la inflación, y resaltó el hecho de que en este 2013 habría que agregar muchos otros factores como la densidad de población, el número de construcciones, así como su distribución por tipo.
"De hecho, el sismo de 1985 ha sido el riesgo más costoso que ha pagado el mercado asegurador mexicano; el segundo caso ha sido el huracán Vilma. A nivel internacional pasa lo mismo: el terremoto y tsunami de Japón en 2011 ha sido la catástrofe que tiene el record de indemnizaciones a nivel internacional", dijo el directivo de la asociación de instituciones de seguro.
De acuerdo con la base de datos de catástrofes (Cadat, por sus siglas en inglés) publicada por el sitio especializado Terremoto Report, las pérdidas económicas directas por el sismo, y posterior tsunami ocurridos en Japón en 2011 oscilan entre los 237 mil millones de dólares (mmdd) y los 303 mmdd con una media de 275 mmdd; las pérdidas económicas indirectas se calculan entre 185 mmdd y 345 mmdd.
México expuesto
Por su parte, Manuel Calderón de las Heras, vicepresidente de vinculación institucional de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), reflexionó durante su participación en el seminario "Mercado de Seguros, Fondos para Desastres y Cambio Climático", organizado por el Centro Mario Molina y el departamento académico de actuaría del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que "México está expuesto física y financieramente a un sismo de gran magnitud". Dijo que "lo primero ya se sabe, pero en el tema financiero pocos se han puesto a reflexionar sobre el impacto económico y financiero que tendría para México la ocurrencia de un sismo similar al del 85 o superior en su magnitud".
Alertó que a pesar de que los seguros más desarrollados en el esquema privado son los de terremoto y huracán, los cuales tienen un esquema de solvencia acorde con las mejores prácticas internacionales para solventar riesgos de tipo catastrófico, la penetración en nuestro país es baja.
Explicó que el incremento en la frecuencia y severidad de las catástrofes naturales, ha propiciado que cada vez más se transfieran este tipo de riesgos de los gobiernos a instancias privadas y por ello las pérdidas materiales no son equivalentes a los daños ocurridos.
En México como en el mundo las instituciones cuentan con mecanismos de transferencia de riesgos que son llamados reaseguros. Estos son de distintos tipos y pueden ser ex ante o ex post dependiendo del momento y la forma en que se dan las transferencias y participaciones entre la aseguradora y la empresa que toma el riesgo conocida como empresa reaseguradora.
"En nuestro país se desarrolló por parte del instituto de ingeniería de la UNAM en conjunto con la Comisión Nacional de Seguros y con la Amis, un modelo de terremoto que mide la probabilidad de ocurrencia del evento; a través de ella se establecieron distintas funciones de vulnerabilidad, ligadas a una pérdida asociada", mencionó el funcionario de la CNSF.
Calderón de las Heras aclaró que con este parámetro obtenido a través del modelo, se establece de manera prudencial el requerimiento de capital, "es la pérdida máxima probable que la cartera de una compañía de seguros puede verse envuelta por la ocurrencia de un siniestro".
Añadió que se toman en cuenta las características de cada uno de los inmuebles que están asegurados, coordenadas geográficas, elementos de construcción, número de pisos, edificios colindantes, etcétera, "este modelo es capaz de distinguir y diferenciar la vulnerabilidad de casas o edificios situados inclusive en una misma cuadra o uno frente a otro, la cual pude ser muy variable".
Baja penetración, un riesgo
Álvarez Marcén, de la AMIS advirtió que el verdadero riesgo radica en la baja penetración de los seguros en México: "nosotros creemos que si ocurre un sismo parecido al de 1985, sí habrá un impacto muy relevante en la economía, no sabemos a qué grado, pensamos que un terremoto de esta naturaleza podría llegar a impactar entre el 6% al 10% del PIB de un año".
Abundó que en caso de ocurrir, éste tendría un impacto muy importante regionalmente hablando y de distribución dependiendo en dónde pegue y además el país se tardaría hasta tres años en recuperarse.
"El terremotos del 85 ha sido el peor evento para la economía nacional derivado de una catástrofe natural incluso por arriba del huracán Vilma; como país y a nivel individual si tu no compras una póliza y se cae tu casa, tu negocio o tu fuente de trabajo, sería una catástrofe financiera, con un seguro en cambio es muy probable que se recupere hasta 70% u 80% de la pérdida, y eso hace la diferencia respecto a empezar de cero".
El seguro, reiteró, es una protección financiera que ayuda a no iniciar de cero cuando se presenta una eventualidad, "eso marcaría la diferencia a nivel social y económico entre enfrentar una catástrofe con un porcentaje alto de aseguramiento a enfrentarla con los bajísimos niveles actuales".
Mencionó que en el caso de las Pymes, en las cuales está basada la economía nacional, la penetración de seguros alcanza apenas el 4%, "los pequeños y medianos empresarios pierden todo porque se derrumbó literalmente su negocio, su local, su fábrica, los dos o tres empleados se quedan también sin trabajo; se volvería una cadena que ahora se puede evitar comprando algún seguro", dijo.
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