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Su rostro ya dio la vuelta al mundo. A menos de 24 horas de haber nacido, el primogénito de los duques de Cambridge: Guillermo y Catalina hizo su primera aparición pública, al lado de sus padres, afuera del hospital St. Mary de Londres.

Apegados a la tradición, la pareja dejó el hospital y antes de abordar su auto, posó con el pequeño que aún no tiene nombre, pero ya tiene título: Su alteza real, y es tercero en la línea de sucesión al trono británico, después de su abuelo Carlos, el príncipe de Gales, y su padre Guillermo.

El príncipe y su esposa son el nuevo rostro de una institución con siglos de antigüedad que mantiene lo mejor de las tradiciones y avanza con los tiempos.

Éstas son algunas tradiciones sobre los bebés reales.

La mayoría de la gente da por sentado que los nacimientos se producen en los hospitales, pero hace apenas unas décadas la costumbre entre los integrantes de la realeza, al igual que con los plebeyos, era dar a luz en casa.

Durante muchos años los integrantes de la realeza fueron educados en privado. La reina fue educada en casa por su padre, tutores e institutrices y nunca se mezcló con plebeyos en la primaria, secundaria o la universidad. Este bebé irá a la escuela, al igual que sus padres.

Guillermo dijo que acompañaría a Catalina en el parto, al igual que muchos padres hacen en la actualidad y cumplió con su promesa. Siguió los pasos de su padre Carlos, quien declaró lo mucho que disfrutó estar en la sala de partos acompañando a su entonces esposa Diana de Gales.

A comienzos del siglo XX y probablemente antes, la costumbre dictaba que hubiera autoridades oficiales en el momento del nacimiento de un integrante de la realeza. La actual secretaria del Interior, Theresa May, dijo que la tradición de siglos requería que un funcionario estuviera presente "como evidencia de que fue verdaderamente un nacimiento real y que el bebé no fue contrabandeado".

Afortunadamente para Catalina la medida fue abolida hace años por Jorge VI. (Con información de AP)