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CUERNAVACA

“Hoy los van a secuestrar”, soltó el jardinero a sus patrones, propietarios de una casa de fin de semana en Yautepec, al oriente del estado.

Los rostros del matrimonio con residencia en el Distrito Federal se endurecieron cuando su empleado les contó que unos sujetos lo visitaron a bordo de dos autos para exigir horarios, ocupación y las actividades que realizan. “Nos amenazaron con matarnos si no les decíamos eso”, comentó el jardinero a un profesor del Politécnico Nacional.

De inmediato la familia del profesor dijo a su trabajador que irían al supermercado, pero ya no volvieron y ahora la casa está en venta, como muchas otras. Muchas más se encuentran abandonadas.

Sólo en enero de este año en el estado hubo 12 denuncias por secuestro y 47 por extorsión, cuando en el mismo lapso de 2013 se registraron cinco y 10, respectivamente, de acuerdo con estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), dependiente de la Secretaría de Gobernación.

A ese tipo de amenazas se han sumado robos de casas de fin de semana, como en Cuernavaca, donde mandos policiales citan que tan solo la semana antepasada registraron cuatro robos a casas.

Las investigaciones arrojaron que los delincuentes tocan a la puerta y cuando alguien responde realizan preguntas triviales, pero en caso contrario rompen candados y chapas para robar.

En otros casos, los visitantes capitalinos de fin de semana son presa de la delincuencia común, como ocurrió con un grupo de jóvenes que, decidido a pasar el mejor fin de semana, bajaron sus maletas y ocuparon la casa con alberca.

Esa noche, vecinos de los alrededores cortaron el suministro de luz desde la toma pública debido al escándalo provocado por los jóvenes.

Nada los detuvo, siguieron con la fiesta, pero a la mañana siguiente, muy temprano, encararon la “cruda” realidad. Uno de sus autos, el de mayor lujo, amaneció sin llantas, apenas montado en cuatro ladrillos.

Otro sábado, una familia del Distrito Federal llegó con júbilo a su destino. Todos bajaron para ingresar a la casa de visita, cerraron las puertas y se olvidaron de bajar su equipaje. Bastaron cinco minutos para que uno o más sujetos rompieran uno de los vidrios para sustraer las pertenencias de los paseantes.

La inseguridad de Cuernavaca también alcanza a trabajadores de la construcción. De acuerdo con reportes policiales, el miércoles pasado un albañil fue victimado por disparos de arma de fuego afuera del sitio donde realizaba trabajos de albañilería, junto con su hermano. Ambos son residentes de la ciudad de México.

La otra cara

Pero la condición de los capitalinos de fin de semana también pasa de víctimas a victimarios, como lo exponen los registros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Cuernavaca. Sus reportes indican que 95% de los robos a cuentahabientes son cometidos por jóvenes del Distrito Federal.

Algunos de ellos, dicen mandos policiales, vienen con su familia, disfrutan de los balnearios y después delinquen.

Los asaltos a cuentahabientes ocurren especialmente los días de quincena.

El director de la Policía Preventiva de Cuernavaca, Carlos Pedroza Pedroza, dijo que los índices delictivos en la capital del estado repuntan hasta un 10% los fines de semana, pero el delito de mayor comisión es el robo a cuentahabientes.

La banda

En noviembre pasado cuatro hombres del Distrito Federal y Estado de México llegaron a Cuernavaca. Cada uno tripulaba su auto. Las investigaciones de la fiscalía citan que llegaron en la tercera semana de ese mes con su familia y visitaron los balnearios de Tehuxitla, al sur del estado, y la ex Hacienda de Temixco. Antes del jueves 21 sus familiares se retiraron y ellos se quedaron a delinquir.

La investigación arroja que uno de ellos presuntamente vigiló a su víctima desde que retiró una suma considerable de dinero de una institución bancaria. Luego avisó a sus cómplices, que alcanzaron al cuentahabiente en una farmacia situada en la avenida Domingo Diez, al norte de Cuernavaca.

Eran como las 16:00 horas cuando la víctima estacionó su auto para ingresar a la farmacia. En ese momento lo alcanzaron dos sujetos, uno de ellos con arma de fuego, para amagarlo y exigirle las llaves de su camioneta, con placas del Estado de México.

El cuentahabiente declaró ante el Ministerio Público que los presuntos delincuentes se dirigieron a su camioneta y localizaron de inmediato el sobre amarillo donde guardó el dinero que había retirado minutos antes en un banco. Los hombres se llevaron teléfonos celulares, un iPad blanco con funda negra y una carpeta negra.

Con el rastreo satelital del teléfono ubicaron a los presuntos responsables cuando salían de un céntrico restaurante.

Los cuatro hombres fueron puestos a disposición del Ministerio Público del fuero común, y los cuatro vehículos fueron asegurados.