Acapulco: por inseguridad, turismo se desploma en el puerto
REALIDAD. La estructura de servicios en Acapulco es menos atractiva que en el pasado, lo que también ha ahuyentado a los visitantes. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
En los últimos cuatro años el turismo en Acapulco se ha desplomado: los visitantes extranjeros prácticamente han desaparecido, mientras que el flujo de turistas nacionales también presenta una tendencia a la baja. Expertos señalan dos causas principales: el clima de violencia e inseguridad que se vive en Guerrero, así como la falta de competitividad de los servicios ofrecidos en el puerto frente a otros centros turísticos.
De acuerdo con los tres de los principales indicadores (llegada de turistas vía área, arribo de cruceros y ocupación hotelera), a principios de la década de los años 90 el puerto todavía era uno de los destinos favoritos tanto de viajeros mexicanos como de todo el mundo, por arriba de lugares como La Paz y Puerto Vallarta e inclusive muy cerca de Cancún, sin embargo, hoy la realidad es otra.
En 1990 Acapulco registró la entrada vía aérea de 736 mil 697 turistas, de los cuales 420 mil 453 eran nacionales y 316 mil 244, extranjeros. Las cifras se mantuvieron sin cambios significativos durante varios años, sin embargo, en 2000 comenzó una propensión a la baja que se volvió dramática a partir de 2011 cuando los turistas extranjeros comenzaron a huir del puerto. Datos de la Secretaría de Turismo (Sectur) revelan que para 2013 el turismo por avión disminuyó más de 160%, pues ese año arribaron sólo 281 mil 252 pasajeros, 16 mil 328 provenían de otros países, el resto fueron nacionales.
La caída de visitantes también se ve reflejada en el escaso movimiento de cruceros. Hace más de dos décadas 102 mil 928 pasajeros llegaron a bordo de 102 embarcaciones, pero el año pasado únicamente arribaron por esta vía 7 mil 356 personas. En 2013 sólo atracaron nueve cruceros.
La ocupación hotelera también revela este declive. En 1990 el porcentaje promedio de ocupación era de 52 puntos porcentuales; de estos, 32% eran visitantes nacionales y 14% extranjeros, en 2013 el promedio descendió a 39%, del cual sólo 2% estaba integrado por paseantes foráneos.
Punto de inflexión
Abraham Vergara Contreras, académico del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana, comenta a EL UNIVERSAL que 2011 fue un punto de inflexión para turistas nacionales y extranjeros, aunque confirma que desde el año 2000 ya existía una tendencia a la baja.
El investigador mencionó que el narcotráfico, los secuestros, la colusión entre autoridades municipales y estatales con el crimen organizado, así como la pérdida de competitividad en cuestiones de infraestructura y servicios son algunos de los factores que perjudicaron a esta actividad económica en el puerto.
Coincide con él Francisco Madrid Flores, ex funcionario de Sectur y actual director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac, quien destaca que “Acapulco tiene un nombre reconocido, pero en cuestión de mercados, ese nombre o marca está afectada por hechos de violencia e inseguridad, lo cual evidentemente repercute en el número de visitas”.
Como otro de los factores que han ahuyentado a los visitantes, menciona que la zona turística ha envejecido. “Los productos en general tienen un ciclo de vida y Acapulco está en un etapa más allá de la madurez. La infraestructura pública es insuficiente, la estructura de servicios turísticos es menos atractiva que en el pasado. Las razones para viajar no se están renovando como en otras partes”, dice.
El experto identificó a Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta como los destinos de playa más visitados. Ello se ve plasmado en el aumento de los pasajeros vía aérea que llegan a esas zonas, por ejemplo, en 1990 arribaron a Cancún un millón 498 mil 520 personas, al 2013 se contabilizaron 7 millones 917 mil 907: más de cinco millones fueron turistas internacionales.
Círculo vicioso
La poca actividad turística repercute en el ámbito social, dicen expertos. Mariberta Medina Cortés, líder de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (AHETA), señaló que 80% de los empleos generados por esta actividad son eventuales, por ello, son muchos los trabajadores que sufren las consecuencias de una baja derrama económica.
Ante ello, Juan Carlos Rivera, director del Departamento de Administración, Mercadotecnia y Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, dijo que esta falta de empleo genera un alarmante círculo vicioso, “las personas se ven obligadas a recurrir a organizaciones delictivas ante la falta de oportunidades”.
Rivera y Vergara Contreras coincidieron en que los hoteleros deben poseer una comunicación y organización del gremio, trabajar en cuestiones de publicidad, promociones y descuentos, y reforzar cadenas de valor con sus proveedores para que las pequeñas y medianas empresas puedan tener flujo constante de dinero.
Rivera dijo que “sería un error muy grave esperar que todos los incentivos y toda la responsabilidad recaigan sobre el gobierno, cuando el sector hotelero y restaurantero de Guerrero puede tener sus propias iniciativas y sería mejor visto que puedan ofrecer los incentivos necesarios”.
Sin embargo, Vergara Contreras consideró que no depende de Sectur lograr que los visitantes se sientan seguros, sino de otras dependencias gubernamentales que deben de resolver la situación de inseguridad por la que pasa el estado.
En tanto, Madrid dijo que “Acapulco requiere cirugía mayor, pues ante todo tiene que recuperar la seguridad y certeza, si esto no sucede, hágase lo que se haga el destino no podrá ser atractivo. Una vez recompuestas las condiciones habría que entrar en una revisión integral”.
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