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Migrantes se quedan en NL

David Carrizales| El Universal
Jueves 03 de julio de 2014
Migrantes se quedan en NL

OFICIOS. Desde las 5 de la mañana se observa en la Alameda Mariano Escobedo a indocumentados que ofrecen su trabajo; hay días que se van con las manos vacías. (Foto: EMILIO VÁSQUEZ / EL UNIVERSAL )

Ofrecen servicios en la Alameda, como albañiles o plomeros; otros, se suman al crimen

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MONTERREY

Atrapados en la zona metropolitana y, por su condición de indocumentados, decenas de centroamericanos ocupan la Alameda para ofrecer sus servicios como albañiles, plomeros, intendentes, electricistas o “de lo que sea”; otros, buscan una salida en la delincuencia: en junio, cinco extranjeros fueron detenidos por tráfico de drogas, trata de personas, robo y asalto con arma blanca en el municipio de Guadalupe, perteneciente a la Zona Metropolitana.

Todos los días a partir de las 05:00 horas la acera norte de la Alameda Mariano Escobedo, a lo largo de unos 200 metros de la calle Aramberri, se llena de hombres que buscan trabajo.

Con sus mochilas a la espalda, recargados sobre las jardineras, de pie y sentados en las bancas, esperan pacientes que alguien los llame, pero hay días que dan las 10 de la noche y nadie los contrata.

Unos se van a descansar a un cuartito por 400 o 500 pesos de renta por semana que comparten con compañeros de andanzas; otros caminan cerca de cuatro kilómetros hasta el albergue para indigentes de la colonia Caracol, y hay quienes pasan la noche debajo de los puentes del río Santa Catarina.

Hay veces que, si el clima lo permite, se quedan a dormir sobre el pasto o en las bancas de la Alameda, pero corren el riesgo de que la policía municipal se los lleve detenidos por 24 horas o los deje en el puente ferroviario de la avenida Almazán, al norte de Monterrey, donde pernoctan indigentes.

En la Alameda hay migrantes mexicanos y de Centroamérica, deportados de Estados Unidos, así como algunos que se arrepintieron de seguir adelante, alarmados por la violencia en la frontera. Quieren juntar algo de dinero para no recomenzar de cero en su tierra, o quedarse en Nuevo León a intentar una nueva vida.

Y ante las dificultades de conseguir empleo, algunos centroamericanos se dedican a pedir dinero en las calles, para continuar su viaje hacia la frontera, y hay quienes en esta gran marea humana, incurren en delitos para subsistir.

El estado es atractivo

César Garza Villarreal, alcalde de Ciudad Guadalupe, comentó que a raíz de la llegada de más migrantes desde Tamaulipas, aunado a los que son deportados, en el último mes en Guadalupe hubo cuando menos cinco centroamericanos consignados por diversos delitos.

El dinamismo de la economía local, admite el secretario del Trabajo, Héctor Morales, es parte del atractivo para quedarse en esta ciudad, lo cual se demuestra en que durante los primeros cinco meses del año se generaron 36 mil 224 empleos formales y en lo que va del gobierno de Rodrigo Medina, de octubre de 2009 a la fecha, se han creado 234 mil 302, ocupando el primer lugar nacional.

Nuevo León es, además, donde se pagan los salarios más altos del país, al grado que de un millón 338 mil afiliados al IMSS, solamente un poco más de seis mil están registrados con el salario mínimo, dice.

“No regresaré a Chiapas”

Hace dos meses la “migra” deportó de Tampa, Florida, a José mientras trabajaba en la pizca de naranja. “Tenía año y medio en Estados Unidos pero no ahorré nada; lo poco que me sobraba lo mandé para mi mamá y dos hermanas, dice el joven de 28 años, originario de Tonalá, quien no tiene planes de volver a Chiapas a cultivar café.

A las seis de la mañana llega a la Alameda a esperar que alguien lo contrate como albañil, en trabajos de limpieza o de “machetero” pero hay días que no cae “chamba” y se regresa con las manos vacías, a un cuartito que comparte con tres extranjeros, entre ellos su amigo Diego, de San Cristóbal de las Casas, deportado hace dos años de Chicago.

Diego tampoco quiere volver a San Cristóbal, donde vendía fruta; prefiere trabajar como chofer de camión, pero no lo ocupan porque no tiene acta de nacimiento ni credencial del IFE: se le quedaron en EU cuando lo agarró la “migra”.

Ya no le quedaron ganas de ir a Estados Unidos. “¿Cuándo voy a juntar los 25 mil pesos que cobran los coyotes? Aquí andamos batallando, pero lo bueno que tenemos salud y vida”.

José dice que se quedará en Monterrey unos cinco meses trabajando como ayudante de albañil, por 200 pesos al día o aunque sea en la limpieza donde siempre hay trabajo, porque casi nadie quiere ganar 800 pesos por semana, sin prestaciones sociales. Los contrata una empresa que los manda a tiendas de cadenas comerciales y salas de cine.

Juntan firmas contra extranjeros

A mediados de junio, vecinos de la colonia Guadalupe Victoria, donde se localiza el albergue CasaNicolás, reunieron firmas para pedir la intervención de la autoridad municipal, ante los problemas que ocasionan algunos de los migrantes, en especial centroamericanos.

Los quejosos denunciaron que los indocumentados hacían sus necesidades fisiológicas y bebían alcohol o se drogaban en la calle. En respuesta, la policía realizó rondines y redadas, con un saldo de 120 migrantes remitidos ante el Instituto Nacional de Migración por supuestas faltas administrativas.

Antes no se habían presentado este tipo de quejas porque había menos migrantes, que pasaban inadvertidos. Un empleado de una tienda, quien pidió el anonimato, manifestó su molestia porque “a cada rato pasan pidiendo dinero”.



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