CHILPANCINGO. Cinco días después de los hechos violentos en Iguala y tras las presiones de diferentes actores políticos y sociales para que se separara de su cargo, el alcalde de esa localidad, José Luis Abarca, pidió ayer licencia por 30 días para facilitar las investigaciones que involucran a la policía municipal en los hechos violentos del fin de semana.

En una sesión “llena de irregularidades” y con los integrantes “a modo”, el cabildo de Iguala aprobó la solicitud de licencia de Abarca Velázquez.

De acuerdo con la regidora de Desarrollo Rural, de extracción perredista, Sofía Lorena Mendoza Martínez, en la sesión se incumplió con la ley orgánica del ayuntamiento, que mandata, en caso de que el munícipe pida licencia temporal, que será el suplente Luis Mazón Alonso, hermano del secretario de Salud en Guerrero, quien debía asumir funciones.

Sin embargo, el cabildo aprobó que el síndico administrativo, Óscar Antonio Chávez Pineda, fuese el que se quede a cargo del ayuntamiento, en tanto se resuelve la situación jurídica de Velázquez Abarca.

Luego de la sesión del cabildo, el alcalde reiteró que él tenía la conciencia tranquila, pues no era responsable de los hechos.

Por la noche se informó que policías federales, estatales e integrantes del Ejército catearon la casa del edil con permiso, ubicada en la colonia Jacarandas, al sureste de Iguala.

El vocero del gobierno del estado, José Villanueva Manzanarez, adelantó que la Fiscalía guerrerense podría fincar responsabilidad penal contra Abarca Velázquez “por varios delitos”.

En la víspera, el fiscal del estado, Iñaky Blanco, estableció que por “compromiso moral y responsabilidad legal, el alcalde debía separarse de su cargo”; en tanto, Jesús Zambrano, líder del PRD, urgió, públicamente y en privado, a Abarca Velázquez a que solicitara licencia.