TIJUANA.- En agosto pasado, Eduardo Arellano Félix fue sentenciado a 15 años de prisión en Estados Unidos tras declararse culpable de lavado de dinero y crimen organizado.

La Administración Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y la Procuraduría federal en San Diego, en ese entonces, dieron a conocer que el cártel de los hermanos Arellano Félix estaba acabado y advirtieron que perseguirían a aquéllos que buscaran sustituirlos.

“La sentencia a Eduardo Arellano marca el final de una era en la historia de ese cártel. La organización Arellano Félix se acabó, y nuestra advertencia a otros que traten de tomar su lugar es: tenemos el compromiso de perseguir y arrestar con más fuerza a quienes trafican a través de la frontera”, dijo el jefe regional de DEA, William Sherman.

Aunque vigente, el Cártel de los Arrellano Félix o de Tijuana está mermado bajo el liderazgo de Fernando Sánchez Arellano, hijo de Enedina, una de las 10 integrantes del clan familiar, según la Procuraduría de Justicia del estado.

La familia Arellano Félix se integró con siete hombres y tres mujeres, Francisco Rafael, Benjamín, Carlos, Eduardo, Ramón, Francisco Javier, Norma Isabel, Alicia María y Enedina, hijos de Benjamín Francisco Arellano Sánchez y Alicia Isabel Félix Zazueta, oriundos de Sinaloa.

De ellos, Francisco Rafael y Ramón Eduardo fueron abatidos. El primero murió el viernes pasado por la noche, mientras que el segundo perdió la vida durante una balacera con la policía de Mazatlán, en febrero de 2002.

Francisco Javier purga cadena perpetua; Benjamín cumple una sentencia de 30 años de prisión y Eduardo enfrenta una condena de 15 años, todos en Estados Unidos.

Ni Carlos ni Luis Fernando han sido acusados por parte de las autoridades de algún delito. Se presume que Enedina tomó el control del cártel y que posteriormente delegó el liderazgo a su hijo, Luis Fernando Sánchez Arellano. Hasta el momento, Norma y Alicia no han sido vinculadas con el delito de narcotráfico.

El inicio del declive ocurrió el 18 de junio de 2007, cuando Francisco Rafael Arellano Félix se declaró culpable ante la corte de Estados Unidos, convirtiéndose así en el primero de los hermanos en ser enjuiciado en ese país. Con su captura irían cayendo uno a uno los integrantes de los cárteles más poderosos de la droga en México.

El mismo año, su hermano Francisco Javier El Tigrillo no corrió con su suerte, pues fue condenado a cadena perpetua.

Apenas el pasado 19 de agosto, Eduardo se declaró culpable a cambio de ser trasladado a la misma celda que su hermano Benjamín, en Florida, quien cumple una condena de 25 años en prisión.

Los asesinatos de dos de los hermanos y el hecho de que tres se encuentren encarcelados llevan a creer a las autoridades que el Cártel Arellano Félix ha muerto.