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Autoridades del gobierno federal señalaron que debido a que un grupo de gatilleros se llevó el cuerpo de quien se presume es Gonzalo Inzunza Inzunza, El Macho Prieto, identificado como miembro del Cártel de Sinaloa y jefe de escoltas de El Mayo Zambada, se analizarán muestras de sangre donde se realizó el operativo, para determinar si coinciden con el ADN registrado en el sistema nacional.

De acuerdo con personal de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) la madrugada del jueves, la Policía Federal y las secretarías de Marina (Semar) y de la Defensa Nacional (Sedena) implementaron un operativo para detener al presunto capo en Puerto Peñasco, Sonora.

Mencionaron que durante el enfrentamiento, se logró intervenir las conversaciones de los presuntos delincuentes, en las que se hace referencia que el supuesto líder fue abatido.

Tras el enfrentamiento, las autoridades localizaron los cuerpos de cuatro personas; sin embargo, ninguno de ellos correspondía al de Inzunza Inzunza, por lo que suponen que gente armada se llevó el cádaver. Informaron del decomiso de armas de fuego, entre ellas una metralleta 60 milímetros antiaérea, con capacidad para derribar un helicóptero.

La desaparición del cuerpo de Gonzalo Inzunza se presenta a poco más de un año de que el gobierno federal dió conocer que el supuesto cadáver de Heriberto Lazacano Lazcano fue robado de una funeraria.

Según autoridades de Coahuila, unas horas después de que el cuerpo fue trasladado a la funeraria en Sabinas, fue sustraído por un grupo armado.

Temor en el puerto

El operativo se centró cerca de la Villa 8 de Bella Sirena Resorts, a las 4:45 del miércoles y el objetivo era la detención de El Macho Prieto.

La acción se convirtió en una persecución armada en una de las zonas más exclusivas del balneario.

Los turistas que pagan hasta cuatro mil dólares diarios por permanecer en esta zona de ensueño y elegancia, como dice la publicidad de ese conjunto de hotel y condominios, se despertaron con el ruido de las ametralladoras, de tres helicópteros y de dos aviones militares.

Las paredes de Bella Sirena tienen cerca de 50 orificios de bala, cristales rotos de, sobre todo la Villa 8, y la vigilancia es extrema; no se permite la entrada a nadie.

La violencia provocó que algunos turistas extranjeros se marcharan, tras la alerta del Consulado de Estados Unidos para que no visitar el puerto. En un recorrido, se constató que centros nocturnos y comercios permanecieron semivacíos.