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La colonia Constitución es una de las más pobres y más inseguras de la ciudad de Durango.

Aquí, en una casa de madera y pedazos de cartón, vive María Gallegos con sus cuatro hijos de entre 14 y cinco años, además de su esposo Francisco Javier.

Hasta hace un mes no tenían piso firme.

Francisco no tiene trabajo y desde hace un mes no está en casa. Se fue a la sierra para ver si puede trabajar en el aprovechamiento de madera, pero hasta ahora no ha mandado dinero.

María y su familia se mantienen de unos de los 300 huertos comunitarios que el gobierno local, como parte de la coordinación con la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH), ha puesto en esta colonia.

Autoridades de Durango aseguran que gracias a estos proyectos la delincuencia en la zona ha disminuido.

En su patio cultivan chiles, pepinos y acelgas. María se burla. Dice que del pollo o la carne se pueden olvidar los niños por un tiempo.

El gobernador Jorge Herrera Caldera y la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, visitan hoy el huerto de la familia. María dice que necesitan más despensas para poder alimentar a sus hijos, además de becas, porque le preocupa que sus pequeños no puedan seguir yendo a la escuela.

En la colonia también hay un comedor comunitario que sirve 800 raciones de alimentos diarios a las familias de bajos recursos.

Ahí 20 mujeres son las encargadas de preparar la comida caliente.

Su único pago es poder alimentar a sus familias con los alimentos que ahí de preparan, con productos de uno de los huertos comunitarios.

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