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La Cruzada Nacional contra el Hambre carece de un diagnóstico y diseño adecuados, además no existe claridad sobre cómo se podrá tener avances en cada uno de los 400 municipios seleccionados, determinó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

También señala que existe opacidad en la información, ya que los documentos en los que se basó el diseño aún no son públicos.

En la respuesta que da la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) a este diagnóstico, advierte que la Cruzada no es el “único esfuerzo para reducir la pobreza; por el contrario, se insiste, el Plan Nacional de Desarrollo la considera como una parte de la Política Social de Nueva Generación que procura un México Incluyente”.

Añade que si toda la información aún no es pública, es porque los documentos que se tienen “son de trabajo”, pero que pronto se presentará el Programa Nacional México Sin Hambre, con las especificaciones y criterios técnicos.

De acuerdo con el primer diagnóstico del Coneval, el problema que busca resolver la Cruzada está bien definido: acabar con el hambre de 7 millones de mexicanos. Sin embargo, “la estrategia necesita aclarar cuál será la intervención para elevar el ingreso de los pequeños productores rurales y para reducir las pérdidas post cosecha”.

Agrega que si bien se tienen versiones avanzadas, se identificó la necesidad de contar con un documento conceptual final “en el que se integren y clarifiquen las diferentes definiciones, y que proporcione aspectos clave como el marco conceptual de la Cruzada, la identificación de las causas y los efectos, el diagnóstico de la situación de estos elementos en el caso de México y la caracterización de la población que presenta el problema”.

El Coneval advierte que tampoco hay homogeneidad en la información de todos los documentos disponibles.

Agrega que no es claro por qué se eligió el objetivo de desnutrición aguda y no el de desnutrición crónica, “un problema de mayor incidencia en el país y de mayores repercusiones en el futuro desarrollo de las niñas y niños”.

Señala que el criterio para la selección de los 400 municipios es poco claro, “hará falta tener información más precisa para comprender su priorización”.

De los avances en las localidades consideradas como piloto, añade que esto ha sido posible por el trabajo de la Sedesol, el incremento en el gasto presupuestario en estos municipios y la labor de actores locales como el alcalde de Mártir de Cuilapan. “Pero no es claro si estos factores podrán estar presentes o se podrán replicar para el resto de los municipios de la Cruzada”, aclara.

El Coneval dice que existe “premura” en tener resultados en el muy corto plazo, “que si bien es importante para resolver los problemas históricos de pobreza extrema y de acceso a la alimentación, de manera inmediata podría repercutir en la calidad del diagnóstico, el diseño y los resultados de mediano y largo plazos, y en perder la atención de los objetivos centrales que se persiguen”.

Explica que aún no se cuenta con una evaluación interna de hasta qué punto las actividades culturales que ha impulsado la Cruzada, como el concurso de cortometrajes, fotografía y conciertos, han tenido impacto en los objetivos de la estrategia, especialmente en el de participación social.

Sobre los convenios de la estrategia Sin Hambre, dice que “aunque se han suscrito diversos acuerdos tanto con universidades como con empresas y entidades federativas, los objetivos de éstos son diversos y aún no existe información pública referente a cómo impactan en los objetivos e indicadores diseñados para la Cruzada”.