El gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, condenó el bloqueo del acceso a la Zona Hotelera de Cancún y responsabilizó de ello a las bases magisteriales, que realizaron una megamarcha para reclamarle ayer "su doble discurso".

"Cientos de trabajadores resintieron el bloqueo al no poder llegar a sus centros de trabajo", expresó el mandatario estatal, a través de un mensaje difundido por la Unidad del Vocero, en el que calificó lo ocurrido como "una acción condenable, por el daño que se causa a la industria turística, de la cual dependen todos los quintanarroenses".

Borge Angulo reiteró el llamado a los maestros inconformes con la Reforma Educativa para que en sus manifestaciones se conduzcan con apego a la ley, respeto a los derechos de terceros, a las instalaciones estratégicas y, sobre todo, a la actividad que es motor de la economía del estado: el turismo.

"Hicimos todo lo necesario para garantizar la reanudación de las clases, a fin de no causar mayor afectación a la educación de los niños y jóvenes quintanarroenses. Son los maestros quienes no han cumplido su parte", acusó el ejecutivo del estado.

Cerca de las 11 horas de ayer, unos 15 mil maestros salieron de la Secretaría de Educación del estado, localizada en la avenida Bonampak de esta ciudad, como parte de una protesta en la que desconocieron la firma de una minuta signada por representantes conformados por un presunto comité a modo, elegido por instrucciones de Borge Angulo, a quien acusaron de enarbolar un "doble discurso".

Uno de los puntos de la minuta les comprometía a volver a las aulas a partir de ayer martes, pero un 90 por ciento de las escuelas primarias y secundarias de esta ciudad, no abrió sus puertas, ni las clases se restablecieron.

El contingente caminó pacíficamente por las avenidas Chichén Itzá y Tulum, doblando nuevamente en avenida Bonampak a la altura de Plaza Las Américas, en una marea magisterial que se extendía a lo largo de dos kilómetros o más.

Al llegar al cruce entre Bonampak y la entrada al bulevar Kukulkán, que da acceso a la zona turística, los docentes se percataron de que 280 elementos del cuerpo antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública de Cancún, mantenían bloqueados los dos carriles que dan entrada a la zona hotelera.

La medida contrastó con lo ocurrido el sábado pasado, cuando policías municipales y federales permitieron a los docentes llegar hasta el asta bandera localizada en el kilómetro cinco de la zona turística. Los maestros caminaron en aquella ocasión, por la ciclovía, sin interrumpir el tránsito por el bulevar.

Esta vez la Policía optó por cerrarles el paso en los dos carriles de acceso, lo que trastocó el tráfico vehicular.

Al respecto, el secretario de Seguridad Pública, Jesús Aiza Kaluf, reconoció que la medida se tomó para prevenir que se rompiera el orden en la zona turística de la ciudad, toda vez que maestros provenientes del sur del estado, específicamente del municipio de Felipe Carrillo Puerto, llegaron a sumarse al movimiento magisterial con una actitud beligerante.

"Son los que se encuentran más enardecidos y más brabucones", dijo en entrevista, en la que detalló que los elementos se colocaron de manera preventiva para mantener la paz social, resguardar a los residentes, a los turistas y a los propios maestros.

Los docentes se detuvieron y por espacio de 20 minutos, lejos de la valla policiaca, gritaron consignas y reprocharon que fuesen los agentes de seguridad, quienes bloqueasen la vialidad.

Profesores entonaron la Marcha de Zacatecas que las autoridades estatales les repetían durante horas y a todo volumen, cuando se encontraban en paro afuera del Palacio de Gobierno en Chetumal. Maestras con sombrillas, bailaron al son de dicha canción, mientras en las vialidades alternas, el tránsito por la ciudad se complicó por el cierre de calles a cargo de elementos de Tránsito.

Un bloque de maestros siguió el derrotero original de la marcha, rumbo a la Secretaría de Educación, en donde se tenía programada la definición de una postura. Otro grupo de profesores, decidió caminar hacia donde se encontraban los policías, a encararles.

Después de gritos, empujones, insultos y demandas, la lluvia fue dispersando al contingente, que poco a poco regresó a la Secretaría, en donde se han quedado a acampar.

spb